A principios de este mes el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), que preside la cineasta María Novaro, proyectó en el Zócalo de Ciudad de México «Rojo amanecer», con motivo del próximo 30 aniversario de su estreno. Se trataba de una copia restaurada. Cual sería la sorpresa de los presentes, entre ellos el guionista de la cinta, Xavier Robles, cuando comprobaron que la versión ofrecida fue la censurada por el gobierno de Salinas de Gortari, y no la íntegra.
Una investigación posterior ha demostrado que los derechos sobre la versión íntegra son ahora propiedad del multimillonario Carlos Slim, dueño de Telmex, América Móvil y Claro Video. En opinión de Robles y otros especialistas, una película como la que dirigió Jorge Fons es un documento histórico que no debería estar en manos privadas.
La censura de las autoridades, en el momento del estreno (18 de octubre de 1990) obligó a cortar escenas con referencias al Ejército en la matanza de Tlatelolco, en 1968 (tema del film), y otra -la final- en la que un niño camina entre los cadáveres ensangretados de las víctimas, delante de los soldados. «Fue un gusto compartir esta experiencia con más de 300 espectadores. Hasta donde tengo entendido es la primera vez que se presenta una película política en el Zócalo. El granito en el arroz fue que exhibieron la versión censurada de ‘Rojo amanecer’. Pero de eso no tienen la culpa los organizadores, sino IMCINE que mando remasterizar la película y no tuvo el cuidado de fijarse que la copia original era de la versión censurada», dijo Xavier Robles a El Economista.
En declaraciones al mismo diario, el escritor, guionista y maestro dijo tener una versión pirata íntegra de la película en Blu-Ray, que va a presentar este jueves en la Cineteca del Centro Cultural Tijuana. Por otro lado, la Cineteca mexicana aseguró que su copia es la misma que salió en las salas, y que en cualquier caso los derechos del film ahora mismo son de una empresa de Carlos Silm. «‘Rojo amanecer’ ya es patrimonio del pueblo, no es de nadie, ni de Slim, ni de Fons, ni mía… es del pueblo, por eso pido a las autoridades del Instituto Mexicano de Cinematografía o a quién corresponda que rescaten el original de manos de Slim», afirmó Robles.
«Estoy seguro de que se puede conseguir otra copia. Pero quien restauró, no haga el juego a la censura remasterizando una copia censurada. Yo sé la presto al IMCINE, pero que me lo pida por escrito», agregó el autor del libreto. Por su parte, Víctor Ugalde, presidente del Observatorio Público Cinematográfico Rafael E. Portas, comentó: «Esta y muchas más películas deberían ser nacionalizadas por ser patrimonio cultural del país. La actual Ley Federal del Derecho de Autor y la ley de cine lo posibilitan. Es tiempo de preservar la cultura fílmica de México. La pelota la tienen el presidente Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Cultura e IMCINE».
Según El Economista, Valentín Trujillo, productor del film de Fons, depositó en Estados Unidos una versión sin cortes. Estén las copias en manos de quien estén, los derechos de propiedad y exhibición corresponden legalmente a sus actuales propietarios, en este caso, el grupo de Slim, quien debería cederlos a las autoridades para completar la restauración, esta vez íntegra. Sería una buena ocasión hacerlo en un año, cuando se celebren efectivamente sus tres décadas de existencia.
Fotografía principal: Corre Cámara