No es tu pintura la que nos hará falta, Francisco, eres tú.
No son tus monstruos, tus seres irreales, tus ocres trazos gritando angustias. Eres tú.
No es tu cerámica perfecta hablando en barro, tus nuevos caminos para el arte. Eres tú quien deja un hueco que el país aún no alcanza a calcular.
No es tu impaciencia ante los absurdos, tu filantropía intensa, tu solidaridad con quienes viven en las cloacas, tu protección de este hogar al que insistimos en depredar. Eres todo tú.
No es todo lo que hiciste por nosotros, embajador despojado de “glamures”, hombre culto de cultura antigua, y nueva, y contrastante, y luminosa, capaz de poner en guerra a una comunidad para alejar las sombras que han buscado hacer de Oaxaca un Disneylandia, un Fifth Avenue, una escenografía de casi nada. Es esa orfandad completa que nos has dejado, la que duele.
Eres tú, terco, firme, incómodo para la derecha ciega y para la izquierda terca, oscuramente claro para hablar de tu país, de tu Oaxaca, de tu pueblo juchiteco que sin tu brújula será nuevamente colocado en la bolsa de los olvidos.
Eres tú quien falta, firme, directo, muy poco afecto a concesiones, a acomodarse, a volverte una pose de artista y no un artista. Nos harás falta para recordarnos que con la tierra no se juega, con los jodidos del planeta, con los principios sociales. Todo esto nos hará falta y está muy por arriba de tu extraordinario arte, que ya hubiera sido suficiente motivo para extrañarte.
La vida reinicia cada día y hoy es el primero sin ti, Francisco. Llevará un tiempo largo que México descubra lo que pierde sin tus greñas desacomodadas y tu andar desgarbado, dueño de una elegancia distinta que tal vez no comprendemos. Nos llevará tiempo darle un tamaño preciso a tu ausencia.
Y, por si fuera poco, extrañaremos tus trazos, tus lienzos que empiezan a ser eternos, tu escultura, tus máscaras, tus papalotes, tus metáforas a ratos inexplicables para quien se resigna a no frenar la destrucción de su terruño.
El bestiario que sigue vivo tratará de limitarse a extrañar al bestiario inquieto de tu obra, pero hace falta estar de luto por mucho más, Ya le falta a Oaxaca, desde hoy, tu mirada de vanguardia, tu erotismo, tus barbas recortadas con cincel, porque esta tierra magnífica producirá nuevos artistas excepcionales pero le llevará mucho tiempo crear otro personaje universal. A México se le dificulta enormemente parir personajes tan ilustres como tú, Toledo. Ya te extraño.
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