Por Javier Flores
Si te decimos el nombre de José Antonio Hipólito Espino Mora, es muy probable que no sepas de quién hablamos. Sin embargo, si te mencionamos a “Clavillazo” la cosa cambia, ¿verdad? ¿Qué tanto sabes de este cómico que popularizó la frase “¡Pura vida!”?
José Antonio nació en Teziutlán, en Puebla, un día como hoy, 13 de agosto, del revolucionario año de 1910. Desde muy joven quiso trasladarse a la Ciudad de México para buscar fortuna, pero su padre lo obligó a quedarse en Teziutlán. Decidió entonces dejar la escuela y trabajar en el negocio familiar, una carnicería, mientras se acercaba a la que era su pasión, el teatro.
Comenzó ayudando en el teatro “Variedades” y acercándose a los actores de carpas que llegaban a la localidad poblana, de los que aprendió el gran atractivo que sus representaciones cómicas ejercían para las clases populares.
Cuando unos años después se instaló ya en la Ciudad de México, se dedicó en un principio a vender perfumes en las carpas y a ser el velador de una de ellas en las noches. Su primera oportunidad ante el público llega cuando sustituye a uno de los patiños de la carpa que no llegó a tiempo para la función.
A partir de este momento comienza la carrera de José Antonio en las carpas. Consiguió trabajo en la compañía del afamado Fernando Soler, su gran maestro, en la que dio vida a dos personajes principales: Chumiate y Polidor.
Ante el éxito que creía poder alcanzar en solitario, José Antonio quiso abrir su propia carpa y renunció a la compañía de Soler. Cuentan que, con el dinero que le dieron por su renuncia, compró varias cosas lujosas y caras que le hicieron quedarse sin el dinero en muy poco tiempo, al grado de tener que empeñar después esas cosas y regresar nuevamente a las carpas.
Comenzará entonces a forjar el personaje que lo hará famoso: “Clavillazo”, cuyo nombre proviene del apodo que le da su amigo Resortes. Este personaje le posibilitó alcanzar la fama suficiente para montar, ahora sí, su propia carpa, a la que llamó “Teziutlán” en un primer momento y, posteriormente, “Bertha”, en recuerdo de una hermana que había fallecido.
Cuando José Antonio alcanzó el mayor éxito de su carrera en las carpas con su personaje Clavillazo, llegó incluso a competir con Cantinflas, Resortes y TinTan, y al ver su éxito decidió dejar las carpas y dedicarse al teatro de revista. Comienza entonces a hacerse conocido a nivel nacional, sus espectáculos son promocionados en radio y pronto llega su incursión en el cine con películas como “Monte de Piedad”, “El genial detective Peter Pérez”, “El globero”, “El sordo” o la exitosísima “¡Pura vida!”.
A lo largo de su carrera, José Antonio participó en más de cuarenta películas de la Época de Oro del cine mexicano, además de incursionar en el negocio de los bienes raíces.
José Antonio, y con él «Clavillazo», murió en la Ciudad de México en 1993, dejando como legado la imagen de sus pantalones bombachos, su saco grande y sombrero de tres picos, así como la popularidad de varias de sus frases más célebres como “¡Pura vida… nomás!”, “¡Ah, méndigo!” o “¡Nunca me hagan eso!”.
Fotografía principal: Pura Vida de katiebordner, CC BY 2.0.