En medio de gran entusiasmo y expectativa, la exposición En casa con mis monstruos, sobre la obra del realizador mexicano Guillermo del Toro, fue inaugurada en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (Musa), bajo el concepto museográfico que manejó el director de arte Eugenio Caballero. “Lo importante para mí no es una exposición que se organizó en torno a las películas, sino acerca de la identidad, es decir, es organizada temáticamente. La identidad creativa y artística se pueden forjar por cosas completamente disimilares que hablan entre sí”, dijo durante la conferencia de prensa el cineasta ganador del Oscar por La forma del agua.
La exposición está distribuida en ocho salas que obedecen a tres ejes que se entrecruzan. El primero se refiere a Guillermo como coleccionista: está conformado por piezas de autores que son fuente de inspiración e influencia en su trabajo. El segundo describe su faceta como artista: piezas creadas y diseñadas por él y sus colaboradores para la realización de sus historias y películas. El tercero está compuesto por obras seleccionadas especialmente para esta exposición, en su mayoría de arte mexicano, que viven en el imaginario de Guillermo o que temáticamente dialoga con su universo.
“Hay dos temáticas importantes: el gabinete de curiosidades, el deseo cuando todavía la gente no viajaba, no cruzaba los océanos, no había aviones, y esos gabinetes eran cuartos donde alguien resumía el mundo para sus visitantes: había corales, sirenas creadas por taxidermia, conchas enormes que venían de los mares del sur, cabezas reducidas de jíbaros, y se trataba de reducir todo el mundo; lo cual conecta perfectamente con la segunda temática más importante que está enunciada con los ojos, con la mirada. Porque finalmente, el fenómeno artístico es la mirada”, aseveró el director de Cronos y El laberinto del fauno, quien se ha destacado por crear en sus películas mundos fantásticos y criaturas monstruosas, pero humanamente profundas.
Las ocho salas están segmentadas así: “Sala Uno. Infancia e inocencia”, sus piezas evocan el universo visual que rodeó a Guillermo del Toro durante su niñez o se relacionan temáticamente con la infancia.
“Sala Dos. Cuarto de lluvia”, donde se encuentra la recreación de un rincón del llamado Cuarto de lluvia que existe en la casa de Guillermo, The Bleak House, en donde Edgar Allan Poe preside la lluviosa escena. También se encuentra una selección de obras originales de concept art de todas sus películas, así como obras de Julio Ruelas y Paul Julian.
“Sala Tres. Victoriana”, donde se pone énfasis en la influencia que tiene la época victoriana en el cineasta. Esta sala lleva al espectador a la atmósfera de este periodo histórico. Cuadros de Arthur Rackham se mezclan con piezas de utilería y vestuarios de la película La cumbre escarlata, y una pieza homenaje al escritor inglés Charles Dickens.
“Sala Cuatro. Magia y Ocultismo”. Aquí se muestran piezas relacionadas con la alquimia y la magia, utilería de Hellboy y La Invención de Cronos, así como arte religioso y popular. Destacan la escultura homenaje a H. P. Lovecraft, piezas de José Clemente Orozco y las placas originales de grabados de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla alusivas al tema. Verán también el fantasma de Santi, personaje de El espinazo del diablo.
“Sala Cinco. Cine, cómics y pop”. En esta sala se encuentran piezas de Utilería y vestuario de Titanes del Pacífico, La forma del agua, El laberinto del fauno y Hellboy. Dibujos originales de los principales artistas del cómic dialogan con obras de Abel Quezada, el Chango García Cabral y el universo de la lucha libre. Vemos el puesto de periódicos donde Guillermo compraba sus cómics cuando era niño y esculturas de las películas de Ray Harrihausen.
“Sala Seis. Frankenstein”. Esculturas de gran formato y pinturas de uno de sus monstruos favoritos se combinan con la obra de Diego Rivera, Bernie Wrightson y José María Velasco. Como en un laboratorio científico, hay expuestas ceras anatómicas, especímenes de laboratorio y muestras patológicas. Junto con la mandrágora de El laberinto del fauno está la prótesis que usó Marisa Paredes en El espinazo del diablo.
“Sala Siete. Los Otros/Nosotros/Los Monstruos”. En este espacio se exhiben distintas manifestaciones de los monstruos de Guillermo, sumados a estos, encontramos el cuadro de La Bruja de Goitia, grabados de Goya y El guardián de la paz de Siqueiros. Destacan las esculturas del Hombre Anfibio de La forma del agua, los personajes de la película Freaks de Tod Browning y El hombre elefante.
“Sala Ocho. Muerte y más allá”. Aquí se muestran obras relacionadas con la vida después de la muerte y con la muerte misma, dibujos y esculturas de los vampiros de Guillermo creados para Blade y The Strain conviven con el cadáver que cargaba Hellboy y con los grabados de Manilla y Posada. Los infiernos de Wayne Barlowe enmarcan al Hombre Pálido de El laberinto del fauno.
La curaduría de la galería corrió a cargo de Eugenio Caballero, cuya experiencia y reconocimiento como director de arte lo han llevado a la fama mundial por filmes como El laberinto del fauno, o la mundialmente premiada Roma, del también mexicano Alfonso Cuarón. Cabe destacar que el recorrido de la exposición estará armonizado con música del compositor y productor musical, Gustavo Santaolalla, ganador del Premio Óscar por Mejor Banda Sonora en los filmes Babel, del director mexicano Alejandro González Iñárritu, y Secreto en la montaña, del taiwanés Ang Lee.
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