Es cierto que esto del Día de las Madres es mercadotecnia que nos abruma y nos hace pensar que el valor de la jefecita puede reducirse a un apapacho de 24 horas. Allá quien lo crea, o quien suponga que unas flores pueden compensar 364 días de olvidos. Pero aprovecho la euforia para destacar a cinco grandes madres mexicanas, de esas que merecen aplausos y su nombre en varias plazas, de esas que el 10 de mayo les quedó chiquito y nos dejaron recuerdos para toda la vida.
Así que, como una mera probada que no busca descartar al resto, aquí les presento cinco madres a toda madre, madres bien mexicanísimas.
María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón
Por si no fuera suficiente ir por la vida cargando un nombre de telenovela y andar conspirando y armando borlotes independentistas, la doña todavía tuvo tiempo de crear —y criar— a catorce chamacos, no todos propios porque en algunas fuentes se cita que dos eran del primer matrimonio del corregidor Domínguez. Con ellos anduvo hasta en prisión y desde ahí siguió siendo una matrona exigente con su enorme prole.
Al parecer no era precisamente un dulce, pero su carácter venía de una compleja infancia y una temprana orfandad, de esas que duelen. Pero de que era una mujer de agallas, no hay quien lo dude. Tras el Grito de Dolores estuvo recluida en un convento y fue de las pocas iniciadoras que pudo ver el final independiente de aquellas tertulias queretanas, además de que aún se dio tiempo para despreciar al mismísimo Iturbide, quien pensaba incluirla en su corte imperial. Doña Josefa, la corregidora, fue una jefa de altos vuelos.
Mariana Frenk-Westheim
Una de esas maravillosas mexicanas que nos heredó el mundo, mujer que no solo fue una gran escritora y traductora de Rulfo, sino que además creó una importante generación de personajes notables, pues su hija Margit es una escritora reconocida —Premio Nacional de Letras y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua—; su hijo Silvestre —médico endocrinólogo— fundó y dirigió el Instituto Mexicano de Pediatría, además de ser miembro y director de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Pediatría. También fue abuela de Julio Frenk Mora, médico que llegó a ser secretario de salud.
Mariana Frenk llegó a México huyendo del nazismo y se volvió mexicana por voluntad propia, viviendo en nuestro país la mayor parte de sus 106 años. Una madre creativa, referente en su campo y formadora de mexicanos de alto nivel.
EL DÍA DE LAS MADRES
La figura de la madre siempre ha sido honrada por todas las culturas, como un símbolo de fertilidad, de vida, de amor y
de creación. En México, la celebración que hoy conocemos como el Día de las Madres se vincula a un movimiento feminista que hubo en 1916, en Yucatán. Se luchaba por la libre elección de la maternidad y la prevención de embarazos no deseados por medio de anticonceptivos. Esto causó gran rechazo en la sociedad y como una forma de reivindicar la figura inmaculada de la madre, en 1922, el entonces director del periódico Excélsior, Rafael Alducín y con apoyo de José Vasconcelos, comenzó a organizar cada 10 de mayo festivales para las madres. Incluso, el mismo periódico tuvo, en 1927, la iniciativa de construir el famoso Monumento a la Madre que se encuentra en Reforma e Insurgentes.
Soledad Lafragua
Como a muchas madres excepcionales, pocos la conocen y, sin embargo, esta aguerrida poblana fue fundamental en un cambio que afectó positivamente al país, ya que impulsó y creyó firmemente en su hija, Matilde Montoya (quien también podría aparecer en esta lista), hasta que se convirtió en la primera mujer médico mexicana.
Matilde era una niña especial y su madre lo notó, por ello la apoyó para ser maestra de primaria a los 13 años, enfermera a los 16 y, finalmente, en una historia que parece de cuento, convertirse en médico a pesar de las normas de la universidad. Matilde tuvo que recurrir a Porfirio Díaz para que se le permitiera hacer el examen profesional.
Durante toda su vida y pese a la muerte temprana de su marido, Soledad impulsó a Matilde a creer en sí misma y a no someterse a las limitaciones establecidas para las mujeres en el siglo XIX. Se convirtió en su maestra, su cómplice y su promotora para abrirse paso en una sociedad miope y tradicionalista.
Alicia Bárcena Ibarra
Los tiempos modernos han establecido otras formas de relación familiar y Alicia ha sabido compaginar eso con una carrera exitosa. Muy pocos mexicanos (siendo ella la primera mujer) han alcanzado un rango tan alto en organismos internacionales. Su vida es de una modernidad apabullante: activa integrante del Comité de Lucha de la Facultad de Ciencias de la UNAM en tiempos de violencia y grilla; bióloga con maestría en Ecología y máster en Administración Pública en Harvard. La hoy secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo de la ONU, es habitante de todo el mundo, además de tener una familia multinuclear con un hijo propio, un hijastro que ha adoptado totalmente como suyo, nietos con los que convive tanto como puede y a quienes enseña a asumir un rol protagónico en el mundo, sin renunciar a su posición familiar, un balance complejo pero posible, que podemos comprobar en su historia profesional.
Gaby Brimmer
Otra de esas madres atípicas pero insuperables, nacida con parálisis cerebral tetrapléjica, su único medio de expresión era su pie izquierdo. Pese a la casi nula estructura de apoyo en el país para estudiar, Gaby cursó parcialmente las carreras de sociología y periodismo en la UNAM. Y como hay muchas maneras de ser madre, a los treinta años adoptó a una niña, a quien pudo atender con ayuda de su inseparable nana, quien fue su sombra, confidente e impulso.
Fundadora de la Asociación para los Derechos de Personas con Alteraciones Motoras (ADEPAM), Gaby fue conferencista, escritora, madre y promotora de espacios para personas con discapacidad, comunicándose a través de un tablero que accionaba con el pie. Recibió la Medalla al Mérito Ciudadano y sirvió de ejemplo para muchas personas que buscan lograr espacios de igualdad en nuestra sociedad. Muchos de los cambios que México ha hecho en este sector se deben a personas como Gaby.
Ilustración: Guillermo Prestegui.