Caminando por la avenida Álvaro Obregón uno se encuentra frente a una gigante puerta de herrería en el número 99. Al entrar, se erige un hermoso inmueble que con su elegante y aristocrático diseño invita a los caminantes a pasar y a disfrutar del brillante verde de sus jardines que contrastan con la solidez de las esculturas que en ellos se exponen.
La Casa Lamm fue construida por el arquitecto Lewis Lamm en 1911, siguiendo los estándares estéticos de las ciudades europeas y buscando reafirmar el brillo y la nobleza de la Colonia Roma. Su familia nunca llegó a vivir en la casa habitación, por lo que la propiedad fue rentada por los Hermanos Maristas quienes la convirtieron en un colegio. Posteriormente, en los años noventa, la familia García Collantes la habitó y logró rescatar el inmueble de destrucciones que sufrieron otros espacios de la colonia y convertirlo en un lugar que busca promover y difundir la cultura. Es así como desde 1993 la casa recibe a estudiantes y amantes de la cultura con una elegante colección artística que contrasta con la bella arquitectura del lugar.
El Centro de Cultura Casa Lamm ofrece programas de formación profesional en el ámbito artístico, histórico y de la literatura, así como espacios y salas de exposiciones con material que hace a los espectadores incrementar sus reflexiones, diálogos y discusiones sobre temas de la actualidad. De igual modo, el centro fomenta la participación de la gente en el mundo artístico organizando constantemente eventos con invitados como intelectuales, académicos, artistas y personalidades del mundo cultural.
Los jardines de la casa son el centro de atención. Sin duda, su impecable y elegante estado expresa la esencia del lugar e invita a visitarlo. El jardín principal resalta la arquitectura de tipo europeo y permite una conexión entre el arte y la naturaleza. En dicho espacio se encuentran algunas esculturas de bronce con un sello especial que identifica a su autor, Jorge Marín.
Jorge Marín es uno de los artistas modernos que nos hacen orgullosos de ser mexicanos. Él, con sus 25 años de trayectoria artística, se reconoce como uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en el país y nos enamora con la presencia de elementos morfológicos pertenecientes a las aves, en figuras humanas que, a su vez, se encuentran en posiciones que resaltan su musculatura y fisionomía en movimiento.
Las esculturas del mexicano buscan cambiar el paisaje urbano, transmitir y contar historias y ofrecer una experiencia estética en donde la perfección y simetría del cuerpo humano se integren y equilibren con otros seres de dentro o fuera de este mundo. Sin duda no hay mejor espacio ni contraste que los jardines de la Casa Lamm para admirar su trabajo.
Foto principal: María José Ordóñez