La Casa de la Universidad de California en México se encuentra a un costado del Parque de la Bombilla, en la colonia Del Carmen.
En una bella casona recién remodelada, con jardines amplios y bien cuidados, me reúno con el Dr. Allert Brown-Gort, académico especialista en migración y director general de la institución, para que me explique un poco más de la labor que llevan a cabo como representantes de este reconocido sistema de la Universidad de California en nuestro país. La conversación cubrió desde los proyectos y planes que tienen para el futuro cercano a nivel cultural y académico, hasta un análisis de la situación migratoria que hay actualmente en México y EUA, y su relación con la institución.
La entrevista fue editada por razones de extensión y claridad.
Mexicanísimo: Me podría platicar un poco sobre lo que hacen en la Casa de la Universidad de California, ¿cuál es su misión? ¿Qué buscan teniendo presencia de esta institución educativa en México?
Allert Brown-Gort: Nosotros representamos al sistema de la Universidad de California (UC), un sistema estatal que tiene 10 campus, algunos de los cuales son más famosos que otros en México, UCLA es uno, UC San Diego, Berkeley…
Estamos aquí para promover intercambios académicos, tanto de estudiantes como de profesores. Estamos aquí para hacer conexiones entre las diferentes universidades de México y la UC. Servimos como la sede para los estudiantes que vienen de California para estudiar en México, ya sea por un semestre o por un año. También somos la sede para diferentes conferencias, coloquios, etc., que quieran hacer de California en México.
Por otra parte también tratamos de hacer lo que nosotros llamamos el trabajo de consulado, de tratar de ayudar a la burocracia de la UC a trabajar más fácilmente en México, con la burocracia mexicana.
Y servimos un poco como centro cultural para poder reflejar lo que se está haciendo en California en diferentes áreas. Eventualmente estamos viendo qué tipo de cursos podemos poner, porque acabamos de invertir bastantes fondos para renovación y demás. Parte de esa inversión fue una en audiovisual y en internet, bastante fuerte, entonces ya tenemos la capacidad para hacer clases a larga distancia.
M: Las relaciones entre EUA y México están un poco tensas, ¿eso ha afectado en algún nivel el trabajo que hacen? ¿Cómo han visto la situación actual?
ABG: No hay duda que la relación bilateral en estos momentos es un poco difícil, tanto formal como informalmente. Formalmente me refiero a las acciones del gobierno de los EUA. Informalmente, lo que comentan nuestros connacionales cuando van a EUA, de que no se sienten tan cómodos, que el racismo está más abierto. Pero frente a eso yo diría que la realidad es que California se ha mostrado básicamente como el opuesto.
Nuestra presidenta vino hace poco menos de dos años y el mensaje que ella estaba dando es “nosotros somos puentes, no muros”, esa es una frase que ahora se escucha bastante más en diferentes lugares, pero ella llegó en marzo de 2017, poco después de que Trump accediera a la presidencia y ese fue el mensaje. Y en eso seguimos, como sistema y como estado.
Demuestra que California entiende bien cuál es la visión que tiene que tener con México, la realidad es: estamos juntos, somos vecinos, somos primos, la proporción de la población en California que es de origen mexicano es altísima, la más alta de los EUA. En tema tras tema ya existe una claridad que no existía antes, de que en realidad los retos, los problemas y las oportunidades que enfrentamos, muchas de ellas son conjuntas.
Muchos de los temas en los cuales nos interesa entrar en proyectos académicos tienen que ver con problemas en conjunto, tienen que ver con problemas acerca de: la seguridad en la comida, el agua, cómo vamos a cuidar nuestros mares, qué vamos a hacer con la energía y cómo lo vamos a tratar. Una de las áreas donde tenemos muchísima cooperación entre la universidad, diferentes partes de la universidad, y México es especialmente en el área de energéticos, más que nada en renovables y en eficiencia. Eso es algo en lo que muchos de nuestros campus trabajan muy concretamente, tanto con la UNAM, con el Tec de Monterrey, con Sener, con Conuee, esa es una de las grandes áreas que tenemos.
M: En la parte cultural, me comentaban que quieren hacer un ciclo de cine con películas de migrantes.
ABG: Bueno, no, de hecho nosotros tenemos varios socios estratégicos con los que trabajamos muy cercanamente, dos de ellos en específico son la fundación América Sin Muros y la Fundación Friedrich Naumann. América Sin Muros, como se puede pensar, tiene que ver con migración, el libre paso de las personas. La Fundación Friedrich Naumann es alemana, con oficinas en todo el mundo, y tiene que ver con la libertad, ese es su lema central: la libertad social, la libertad económica, y dentro de eso está también la libertad del ser humano de moverse, de transitar. Con ellos dos hemos tenido una serie que se llama Migrarte, que es tratar de ver la migración a través del arte.
El arte es una manera de explorar la condición humana, la migración es una actividad humana muy básica. Los tres impulsos humanos más antiguos que tenemos: el primero ya se lo puede imaginar o no estaríamos aquí, el segundo es migrar o estaríamos todos en África, y el tercero es expresarnos artísticamente como una manera de explorar nuestro mundo. Entonces unimos dos de los tres más antiguos y lo que queremos hacer es tratar de ver si podemos llegar a visiones diferentes sobre la migración.
Tuvimos varios eventos. Algunos de ellos fueron muestras de cine, también tuvimos danza, teatro, presentaciones de libro, una muestra de arte sobre la integración, que es una manera diferente de ver lo que pensamos acerca de la migración. Lo que nos proponíamos hacer era tratar de vislumbrar toda la gama de experiencias que contiene la migración a través del arte. Ahorita estamos un poco parando porque estamos tratando de ver otras cosas.
Una de ellas es tratar de hacer un coloquio, internacional, obviamente con profesores de la UC, pero también con personas de aquí de México y ojalá algunas personas de Alemania. Nos preocupa mucho la cuestión de la integración de los migrantes.
Tenemos un cineclub, que es de los ex alumnos de la UC, entonces una vez al mes se reúnen aquí el miércoles y hacen su cineclub. Tenemos también planes para retomar una serie de talleres gastrobotánicos. Una exploración de los elementos culinarios que tenemos en México, muchos de los cuales son originarios de México: el cacao, la vainilla, el maíz, los chiles, el amaranto. Esto es para apoyar a una organización llamada Huertos de Concreto, que es de una egresada de Berkeley.
M: ¿Estas actividades están abiertas a todo el público?
ABG: Sí y generalmente son sin costo. La gastrobotánica, por ejemplo, sí tenía un costo, o tendrá un costo cuando la retomemos, por los insumos, básicamente. Y por los expertos que traeríamos para hablar. Pero en general todas las actividades aquí son sin costo. Toda la información está en la página web.
M: He visto que usted es un especialista en migración, ¿cómo ve todo lo que está pasando actualmente con la situación migratoria entre México y EUA? En términos de las notas que han salido últimamente: las políticas de separación de familia, el muro, el discurso anti migrante. ¿Cómo ve la situación? ¿Qué podríamos esperar o hacer para mejorarla?
ABG: Una de las cosas que se nos olvida es que la migración es un impulso natural del ser humano, que siempre hemos tenido. Deberíamos empezar a pensar en la migración en un conjunto. Cuando hablamos de la migración en esta era, hablamos inmediatamente de problemas y no de oportunidades, esa es una. Cuando hablamos de migración en esta era, generalmente hablamos de la migración desde una óptica de los países ricos.
La realidad es que la migración, como muchas otras cosas básicas, es tanto un problema como un reto como una oportunidad. El problema es tanto para los países de donde sale la gente como para los países a donde va. Lo que tenemos que hacer es simplemente dejar de decir que la migración es 1: absolutamente un problema; y 2: que solamente lo tenemos que ver desde la visión de los países ricos. Eso es fundamental.
El segundo punto que yo diría es que empezamos a ver la cuestión a través de una óptica de números. Tenemos que pensar que la migración, si de veras queremos ver qué es la migración, es una serie de decisiones humanas, tomadas por una serie de humanos, que tienen un impacto más allá de los países a los que quieren llegar.
Siempre hablamos acerca de la oferta, de dónde vienen. ¿Por qué no hablamos de a dónde van y por qué van allá? La migración mexicana fue generada tanto o más por las condiciones de expulsión como por las condiciones de demanda.
Aquí la situación es dinámica, entonces como habíamos hablado ya, es de conocimiento que en México, básicamente, el número de mexicanos que se están yendo a EUA está bajando mucho. Tiene que ver no solamente con una visión anti migrante por parte de Donald Trump y de su equipo. No es una respuesta solamente a una administración extremadamente, obviamente, plenamente anti migrante, sino que también es una respuesta al hecho de que hay más oportunidades en México. ¿Por qué hay más oportunidades en México? Porque tenemos menos jóvenes, menos gente entrando en el mercado laboral.
En México ya no estamos produciendo suficientes jóvenes para reponer la población. Todo eso apunta a que México va a ser un país de inmigración. Es un problema un poco nuevo para México. Pero ahora México tiene una fecundidad de 2.0, 1.9, si no es 2.5 no nos reponemos y la población de México empieza a envejecer. Algunas de esas personas empiezan a jubilarse, no hay suficientes jóvenes entrando, ¿qué vamos a hacer? Vamos a hacer lo que hacen todos los demás países del mundo: que vengan. Países que no permiten inmigración, que están envejeciendo, tienen problemas económicos graves, por ejemplo Japón.
Sí podemos hablar de lo que está pasando en EUA, pero rápidamente tenemos que darnos la vuelta y ver qué está pasando aquí. Mucha de esta migración de tránsito va a dejar de ser de tránsito y vamos a ser el país de destino. Algo que a mí me llamó mucho la atención [cuando llegó a México la caravana migrante] fue el discurso xenófobo, anti migrante. Pero una cuestión muy, muy específica, de: ¿por qué les vamos a dar cosas que no nos estamos dando a nosotros?
Generalmente cuando hay roce entre grupos de migrantes y poblaciones que ya existen, muchas veces tienen que ver con: “no hablan mi lenguaje”, “no comen lo que yo como”, “creen en otro dios”. Aquí estamos hablando de personas que son iguales: o católicos o evangélicos, que hablan español, que es en un grado mayor o menor gente del maíz.
¿Cómo llegamos a empezar, no necesariamente a cambiar el chip, pero a cambiar el diálogo dentro de México? Especialmente cuando estamos hablando de una población que, para seguir trabajando económicamente bien, los vamos a necesitar.
Entonces en México parte de lo que tenemos que hacer es pensar no solamente en la cuestión de migración no de tránsito, sino de una migración que llega a quedarse, pero también tenemos que pensar en cómo tratamos la migración ahora que está en tránsito. Nosotros como mexicanos, la actitud de nuestras autoridades locales y estatales por donde pasan los migrantes nos dejan muy poco de que nos podemos quejar legítimamente de los americanos. Nosotros probablemente separamos a más familias que los americanos.
Nosotros sabemos que la modalidad y la composición de las personas que están yendo de un lado para el otro ya cambió, pero nosotros no hemos cambiado propuestas, procedimientos, lo que estamos haciendo. Y creo que es difícil criticar a otro país por lo que está haciendo cuando nosotros no podemos decir que somos mejores y que en muchas cosas igual y somos peores.
El punto fundamental es: sí, hay mucho de qué quejarse de la administración Trump y de la manera en que están tratando la cuestión migratoria y, sin embargo, desafortunadamente nosotros no podemos ser el modelo de lo que decimos que nos gustaría como trataran a nuestros connacionales. Si nosotros no tratamos ni a los migrantes en tránsito ni a nuestros connacionales regresados con un nivel mejor. Ese es un problema fundamental.
Ahora, a la pregunta original, ¿qué es lo que va a pasar en EUA y cuál es la vista a largo plazo? Una de las realidades de lo que está pasando en EUA es que, como decía mi abuela, no hay bien que por mal no venga. Hoy por hoy el número más grande de la población americana, desde que empezaron a hacer la pregunta en los sesenta, la organización Gallup, apoya más a los migrantes.
La población en general, aparentemente, está entendiendo un poco mejor cuál es la cuestión de los inmigrantes y la cuestión de la separación de familias causó un revuelo impresionante, que no ha causado aquí. Yo creo que cuando se vaya Trump va a haber una pequeña ventana para una vez más llegar a una ley integral de migración que sea un poco más racional y que permita a personas que han estado aquí o que han estado allá indocumentados o que los llevaron como niños, los famosos DREAMERS, que puedan tener un acceso a la ciudadanía, a fin de cuenta son culturalmente americanos, ¿ya qué más?
M: Ante todo esto, la Casa de la UC asume un papel importante de ayudar a la integración, presentar un mensaje más inclusivo hacia los migrantes…
ABG: La UC es una de las instituciones de enseñanza alta que tiene el número más alto de DREAMERs. La UC se ha empeñado muchísimo en los últimos años en asegurarse de que, aunque son universidades, son una serie de campus, muchas de las cuales son de élite, por lo menos académicamente, se han ocupado de que un número creciente de estudiantes sean de la primera generación en su familia que tengan acceso a la alta educación.
M: ¿Tenemos razones para ser optimistas?
ABG: Sí, sí tenemos razones para tener algo de optimismo, sí, absolutamente, en los EUA. Pero por ejemplo, para decir que la Casa de UC está dentro de esto. La amenaza de que empezaran a deportar DREAMERs fue algo que nos llevó institucionalmente a empezar a ver qué entendimientos teníamos con universidades como la UNAM, si salen de allá pueden venir a la UNAM, pueden seguir sus estudios, nadie les va a pedir quién sabe qué apostillado, todo se va a mandar. Fue algo que hasta cierto punto nos concentró en esta población, pero nos concentró la mente al nivel más alto, desde la presidenta del sistema.
Eso es algo que es importante. Otra cosa es que uno de los programas más interesantes, más grandes que tenemos es una serie de estudios sobre la educación que se llama Los Estudiantes que Compartimos, The Students We Share, que es algo que está trabajando justamente con los niños de los padres regresados a México, porque una gran proporción de ellos vienen de California. Y la otra es la cuestión de salud binacional que estamos llevando a cabo ya por varios años, la profesora Xóchitl Castañeda.
M: ¿En qué consiste?
ABG: Bueno, ella fue la que promovió las ventanillas de salud que ahora están en todos los consulados que por ejemplo ven información, algo de servicios, pero información y refiere también a personas a hospitales, etc., para cuidar la salud de nuestros connacionales en los EUA, porque obviamente, especialmente los indocumentados tienen un problema grande en acceder a servicios de salud en los EUA.
Si quieren conocer más sobre la Casa de la Universidad de California en México, pueden visitar su página web. Estén atentos a su calendario de actividades, pues no se las querrán perder.