Sobre la calle de Miguel Hidalgo, entre tiendas y restaurantes, se encuentra una librería, galería y centro cultural único en su tipo en la Ciudad de México. Su nombre es U-Tópicas y busca ser un lugar para la presentación y difusión de productos artísticos hechos por mujeres o que tengan perspectiva de género.
Apenas llevan poco más de un año desde que abrieron sus puertas, pero a pesar de lo difícil que puede resultar conseguir obras que cumplan con las características que buscan y sin importar lo reducido del espacio, el equipo ha logrado juntar un catálogo con cerca de 2 mil títulos, variedad de películas dirigidas por mujeres y opciones de joyas y artesanías indígenas a la venta bajo el principio del comercio justo, para así apoyar a las comunidades originarias. El piso de arriba está dedicado a la exposición de obras artísticas como fotografías y pinturas, que cambia aproximadamente cada mes.
Además de todo esto, U-Tópicas también se ha convertido en sede de eventos como presentaciones de libro, pláticas y talleres de escritura, de bordado y de edición de libros, algunos están dirigidos únicamente a mujeres y otros tanto a mujeres como a hombres.
Nos sentamos con Martha Hernández Aguilar y con su hijo, Luis Gabriel Castro Hernández, quienes forman parte del proyecto, para que nos platicaran un poco más sobre este espacio tan particular. La entrevista fue editada por razones de claridad y extensión.
Mexicanísimo: ¿Cómo nació el proyecto? ¿Cuál fue la inspiración?
Martha Hernández: Hace muchos años que andábamos con la idea de algún día tener un centro cultural de mujeres, con proyectos de mujeres. Nos fuimos a vivir a España muchos años y en Madrid conocimos la que fue la gran inspiración de este proyecto, que se llama Librería de Mujeres, a la vuelta de la Plaza Mayor. Es una librería que tiene más de 40 años y una tradición muy grande en estudios de género, sobre todo, pero también tiene de todo.
Regresamos acá y estuvimos trabajando con ediciones de serigrafía, con una socia mía pintora, entonces hicimos muchas ediciones de serigrafía. Fuimos acumulando mucha obra y llegó un momento en el que dijimos: “¿qué vamos a hacer con toda esta obra que tenemos ahí muerta de la risa?”. Vamos a ver si ponemos algo que pueda combinar esta idea que teníamos con la parte de la galería.
Encontramos este lugarcito, que es muy pequeño, pero está en un lugar muy lindo. Es difícil porque la gente que pasa por aquí viene a cosas mucho más cotidianas. Incluso los domingos y los días en que se llena Coyoacán, la gente no se detiene aquí, se va hasta el centro. Pero bueno, es un lugar que nos gustó mucho, lo acondicionamos y nos dimos a la tarea de conseguir toda clase de obra creativa hecha por mujeres, solamente por mujeres.
Luego se sumó Luis Gabriel, que viene muy al caso porque estuvo haciendo estudios de género, le gusta mucho el tema, está buscando hacer un doctorado. Nos sumó esa parte teórica, del activismo de los estudios de género y del activismo feminista.
Encontramos una gran dificultad en la búsqueda de los materiales, sobre todo de las distribuidoras y de las editoriales, porque somos un proyecto muy pequeñito. Hemos estado tocando las puertas, tocando puertas. Poco a poco. Ahorita tendremos como unos 2 mil títulos, que para una librería son muy poquitos, pero están especializados en parte. Tenemos literatura, poesía, teatro, tenemos material de la nueva maternidad, lactancia, estamos buscando más sobre menstruación.
También llamamos a creadoras, no solamente pintoras o fotógrafas, sino también a otra clase de artistas que hacen cosas mucho más pequeñas o mucho más prácticas, como aretes, collares, diseño textil. Llamamos a quien quiera exponer, quien quiera traer su material. Así poco a poco se han ido sumando al proyecto mujeres de todas las edades.
M: ¿Cómo le hacen para conseguir esa variedad de títulos si es complicado ir con las editoriales?
MH: La dificultad, una de las dificultades, además de ser pequeñitos y no ofrecer un gran negocio para las distribuidoras, porque aquí el asunto es con las distribuidoras, es que tú pides obras hechas por mujeres y te dicen que así no tienen organizado su catálogo, te lo dan y tienes que rascarle.
En el caso del otro material, ha sido mucho más fácil porque unas a otras, las artistas se han venido recomendando. Traen sus cositas y se traen a la amiga que hace algo distinto. Es algo padrísimo, lo que llaman “sororidad”, la posibilidad de estarse echando la mano entre artistas. Hay una gran solidaridad en las redes de mujeres que crean todas y se jalan unas a otras a los bazares.
Luis Gabriel Castro: Ese es otro aspecto de la librería, quiere ser un espacio donde pasen cosas, donde haya talleres, pláticas. Han habido talleres de escritura, tres, ha habido talleres de confección de joyería, de bordado. Tendremos uno en marzo de escritura, pero enfocado a la corporalidad, entonces ya no es solo cómo escribir, sino cómo expresarte, con un enfoque muy feminista. Va a haber un montón de oportunidades aquí para hacer cosas. Siempre estamos invitando a gente a que venga a dar talleres. Hay talleres que están enfocados solo a mujeres y otros van a ser mixtos.
M: ¿Qué es lo que buscan en los contenidos que distribuyen en U-Tópicas?
MH: Básicamente escrito por mujeres. Eso es algo controversial incluso entre nosotros. Porque algunos opinan que podríamos tener la apertura de traer obras que sean del interés de las mujeres o de los estudios de género en realidad, pero que no necesariamente estén hechos por mujeres. Y luego otros y otras dicen que no lo rompamos, que esto tiene que ser para mujeres. Hasta ahora ha ganado esa postura.
LGC: En general la política es que narrativa, todo literatura es por mujeres. Además es muy raro cuando los hombres escriben sobre la vida de las mujeres. Casi siempre hay problemas ahí, problemáticas. Entonces narrativa y literatura es todo mujeres, y en estudios de género la mayoría mujeres, porque es la mayoría de las que producen ese tipo de contenido académico. Pero ahí no cerramos la puerta a hombres, porque por ejemplo tenemos un libro que se llama Historia del feminismo que lo escribió un hombre, pues es muy relevante.
Ahora que estamos trayendo más libros sobre sexualidad y estudios queer, estamos empezando a cuestionar más cómo tratar estos límites. Porque sobre sexualidad hay personas de todos los géneros que escriben. En realidad más que solo mujeres es personas de cualquier género, excepto hombres, porque siempre decimos que si quieres una librería de hombres, ahí está la Gandhi o El Sótano.
MH: Entras a la mesa de novedades y si encuentras dos libros de mujeres, bueno, bailas de gusto. Entonces bueno, es un poco compensar. Pero tampoco tan furibundamente. Si pudiste ver en la entrada tenemos un cartelazo que dice “Men Friendly”, porque a veces vienen señoras o chicas que entran y echan afuera a la pareja. Y les decimos que no, que no, que pasen, que pueden pasar. Pero mira: ante todo, por sobre todas las cosas, promover el trabajo creativo de las mujeres.
Luego vienen con una cierta precaución. Dicen: “Yo no soy feminista, pero hago esto”, bueno, te da risa, dices “Bienvenida”. El concepto de feminista es muy amplio y muy raro. Muchas chicas piensan que ser feminista es algo muy extremo, que están contra los hombres, entonces dicen que no son feministas, pero te enseñan lo que hacen… Sería bueno hacer un taller de feminismo, fíjate, de introducción.
M: Estamos pasando por un momento en el que estos temas están volviéndose muy relevantes. Tanto en la parte negativa de mayor consciencia de la violencia diaria dirigida hacia las mujeres, la violencia de género. Y la parte positiva de que hay muchos movimientos en pro de los derechos de las mujeres, contra el acoso. ¿Qué papel juega una librería y centro cultural como el suyo en este momento específico?
MH: Yo creo que es como un amplificador. A nosotros nos gustaría ser un amplificador de las propuestas, no solamente de las protestas y quejas. En ese sentido mucha de la obra que tenemos aquí hace propuestas.
LGC: Son temas muy actuales y títulos que llaman mucho. Y títulos que no están en la Gandhi o en El Sótano, o en Porrúa.
M: ¿Han notado algún cambio con esta evolución y estos movimientos que han habido? ¿Alguna alteración en la forma en la que piensa la gente?
MH: Pues mira, es que es muy poco tiempo. Ya cuando nosotros abrimos como librería, ya las condiciones estaban bastante avanzadas, bastante dadas, como ahora. Entonces ya entramos como en el hervor. Cuando menos es un tema del que se habla, antes eso no existía, el feminismo o la importancia de la mujeres, la equidad de género. Yo creo que ahora sí, cada vez más, tanto las personas mayores como las más pequeñas, es algo de lo que se empieza a hablar. Esta clase de preocupaciones o de propuestas. Pero de manera muy incipiente.
Todavía hay el público duro, que son las feministas, las activistas, quienes tienen que ver con la lucha, ya sea por un caso en especial, como Lesbi o situaciones que han existido muy puntuales. O en lo general, las marchas, las protestas a favor de la seguridad o contra la inseguridad. Esto sí vemos que cada vez se vuelve mucho más evidente. Es más fácil o más común hablar de ello. Los propios hombres son capaces, no todos, pero sí muchos hombres son capaces de distinguir a qué se refiere cuando se habla de actitudes machistas, que antes era “pues así es”. Ahora, sobre todo los jóvenes, están más sensibilizados a todo esto. Pero hay muchísimo que hacer.
M: ¿Cómo ha sido la reacción de la comunidad artista, de esa «sororidad» de la que hablas respecto a este espacio?
MH: La gente que es sensible al tema, está padre, porque entran aquí, se ponen a mirar, se sorprenden mucho y luego dicen “me tengo que llevar algo”. Y no necesariamente es que les gusten unos aretes o un dije en particular, sino que yo siento que es parte del espíritu de lo que esto promueve.
Es como una situación agradable. Todo mundo dice que está muy padre la idea, chicos y chicas. Que está muy padre la idea, está muy padre el concepto, han venido del Canal Once, del Canal 22. Pero estamos empezando, eso que me estás preguntando me gustaría decírtelo dentro de un año, a ver qué cambios hemos tenido.
Pensamos que esto puede ser exitoso en la medida en que se geste comunidad.
En Mexicanísimo nos encantan los lugares como este, que proponen una forma distinta de ver las cosas y que buscan hacer frente a problemáticas que aquejan a nuestro país. Así que no dejen de visitar U-Tópicas, pues ya que conozcan el lugar, no podrán evitar sentir ese impulso del que habla Martha de querer comprar algo para apoyar el proyecto (nosotros no pudimos), y aprovechen para disfrutar de la exposición de fotografía Iban guiados por una estrella, de Elsa Chabaud, dedicada a los reyes magos de la Ciudad de México y que seguirá hasta el 28 de febrero.
La dirección es Miguel Hidalgo #9 en la colonia Del Carmen, Coyoacán. Además, síganlos en Facebook e Instagram, para que estén al tanto de los talleres y actividades culturales que organizan cada mes.
Fotos: Gabriel Gallardo Estandía.