En los últimos días y gracias a la llegada de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, el tema principal de varios foros y debates ha sido cómo se puede fomentar la lectura en los niños y jóvenes de nuestro país.
Entre las muchas propuestas que hay, sobresalen las que dicen que es tarea de los padres de familia inculcar este hábito a los más pequeños, o las que afirman que es necesario poner la lectura de moda, pero encima de todas está la del acceso a la lectura, que, desde el parecer de muchos, es el primer paso para conseguir todo lo demás.
Si repasamos cómo fue nuestro acercamiento a la lectura, muchos coincidiremos en que no fue el ejemplo de nuestros padres lo que nos motivó, ni tampoco el hecho de que la lectura estuviera de moda, porque a temprana edad son raros los deseos de sentirse popular; no, lo que nos orilló a tomar por primera vez un libro fue la curiosidad y el tener alguno a nuestro alcance.
Recordemos la historia de Matilda, de Roald Dahl, donde el acceso a una biblioteca hizo que la pequeña niña se maravillara con el mundo recién descubierto. Así también las ferias del libro son un excelente instrumento para que los niños se empapen de esta experiencia y quieran más.
Tal como lo describe Vero Almeida en su experiencia en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, lo maravillados que se encuentran los niños cuando tienen acceso a un sinfín de libros, es un claro indicador de que el primer paso es despertar en ellos esa chispa de emoción para que se acerquen a la lectura.
A veces corresponderá a los familiares más cercanos llevar a cabo dicha tarea, otras muchas a los profesores, lo importante es que los pequeños descubran que existe otro mundo a su alcance, para que poco a poco se vayan enamorando del leer.
La perseverancia de todos los implicados, el apoyo de los responsables de los niños y el que la lectura se vuelva un hábito popular entre los jóvenes, no hará más que reforzar lo sembrado por un acceso temprano a los libros, cuando descubrieron que había otra manera de entretenerse.
Como la FILIJ, la Feria Internacional del Libro en Guadalajara también brinda un espacio para el público más joven, por lo que, si lo que se busca es fomentar la lectura, este tipo de actividades son imperdibles para todos los que tienen niños a su cargo.
Foto: «Entrada a la FIL 2006» de Gerardo Gonzalez, CC BY 2.0.