Por Silvia Cuesy
Es reconocido como uno de los más importantes precursores de la Independencia de México. Nació en Lima, Perú, el 10 de enero de 1765. Ingresó a la Orden de la Merced a los catorce años y se ordenó sacerdote diez años después. Fue catedrático de teología en la Universidad de San Marcos y se desempeñó como asistente del virrey del Perú Francisco Gil de Taboada.
En 1798 obtuvo licencia para viajar a España. Zarpó de El Callao y desembarcó en Acapulco en noviembre de 1799. En esa época la metrópoli se hallaba en guerra contra Inglaterra y decidió esperar en la Nueva España hasta que concluyera el conflicto. Al entablar relaciones de amistad con distinguidos personajes de la sociedad optó por radicar en México.
El 15 de octubre de 1802 pronunció en la iglesia del Carmen el Panegírico de la gloriosa Virgen y doctora Santa Teresa de Jesús, sermón ortodoxo que no contradecía ninguno de los dogmas que enfrentaban a dominicos y carmelitas. El sermón fue considerado una de las mejores piezas de oratoria neoclásica. La fama adquirida le permitió la cercanía a los miembros del gobierno y élite novohispana. En 1807 el virrey José de Iturrigaray lo envió al noroeste del territorio con el encargo de establecer los límites fronterizos de la Luisiana y Texas. Pese a no concluir la encomienda dejó plasmados sus avances en un manuscrito; recomendaba poner atención a la vasta extensión al norte, de lo contrario se correría el riesgo de perder con el tiempo la provincia de Texas a manos de los codiciosos vecinos.
Al regresar Talamantes a la Ciudad de México, luego de saberse las noticias de la invasión francesa a España, y del motín de Aranjuez, el virrey le encargó, dado sus conocimientos en materia fronteriza, idear un plan de defensa para los territorios novohispanos en caso de verse agredidos también por Francia. Ante el vacío de poder, derivado de las abdicaciones forzadas de Carlos IV y Fernando VII, los novohispanos se dieron a la tarea de organizar juntas provinciales imitando al pueblo español para definir la situación política de la nación.
Talamantes participó con la elaboración de diferentes escritos y fue uno de los organizadores de la Junta General de Gobierno convocada por Iturrigaray. En ella las opiniones se dividieron básicamente en dos bandos: el grupo de los peninsulares veía como algo pasajero los acontecimientos en España y proponía permanecer leales a la Corona hispana; la contraparte, o grupo de los criollos y mestizos, opinaba que la soberanía recaía en el pueblo, representado por los distintos ayuntamientos, ante la ausencia del monarca.
Al concluir la Junta, sin haber llegado a acuerdo alguno, recelosos del virrey, los peninsulares lo depusieron y la Audiencia decomisó los escritos del grupo de los criollos, entre ellos los cuadernos de Melchor de Talamantes. Lo escrito en ellos fue prueba suficiente para inculparlo como promotor de la independencia de la Nueva España.
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Foto: Gabriel Gallardo.