Seguido nos piden recomendaciones de libros para iniciarse en el estudio de la capital, o saber más sobre su historia, o amarla de una manera profunda; no necesariamente a través de eruditos tratados o costosas obras especializadas, sino sencillamente por volúmenes que cualquiera pueda comprar, por ejemplo, en una librería de viejo. Al menos en la calle de Donceles estas suelen tener una sección dedicada al tema, y los libreros pueden orientar bien al curioso. No pretendemos competir con ellos, claro que no, pero sí ofrecer una brevísima selección personal en el caso de que el amable lector así lo permita.
1. Elogio de la calle. Biografía literaria de la Ciudad de México, 1850-1992 (Cal y Arena, 2001) de Vicente Quirarte.
No todo es Monsiváis y la novela corta de José Emilio Pacheco, estupendos autores, bien leídos y paseados. La lista de escritores vinculados con nuestra capital ojerosa y pintada es vasta, y comprende a autores como Francisco Zarco, Guillermo Prieto y, por supuesto, los Contemporáneos. El poeta Quirarte nos lleva de la mano con inspiración, antojándonos una lectura o relectura de, digamos, Los bandidos de Río Frío y otras novelas que quizá no considerábamos desde la prepa. La ciudad no volverá a ser la misma (o sí, pero el que cambia es uno).
2. La ciudad que me habita. Crónicas amorosas de la Ciudad de México (Miguel Ángel Porrúa, 2016) de Ángeles González Gamio.
Con prólogo de Miguel León-Portilla, este libro recopila casi 70 textos aparecidos originalmente en La Jornada entre 2002 y 2012. Estos «muestran fundamentalmente la cara amable de nuestra ciudad, su rica historia, el generoso patrimonio», leemos en la introducción. Una crónica al día, y en poco más de dos meses habremos aprendido muchísimo de la Ciudad de México de un modo ameno y bien contado. Bravo por nuestra cronista favorita, elegante en su prosa y trato.
3. Los detectives salvajes (Anagrama, 1998) de Roberto Bolaño.
Tabicón de puro gozo para los entusiastas de la literatura mexicana y la vida en las calles de la ciudad. Lleno de cameos y guiños a habitantes reales, la novela más célebre del infrarrealismo atrapa desde sus primeras páginas a todo el mundo. A unos recuerda de algún modo a La región más transparente de Carlos Fuentes, mientras que para otros significa el final del boom.
4. La Ciudad de los Palacios: crónica de un patrimonio perdido (Vuelta, 1990) de Guillermo Tovar de Teresa.
Este par de tomos se han vuelto algo más carito en los últimos años, pero vale cada peso invertido. El primero se encarga de revisar sobre todo calles de la antigua Plaza Mayor, y el otro a dar cuenta de los principales monasterios, hospitales y colegios de la ciudad novoshipana. En ambos casos desde una perspectiva visual, mostrando fotografías antiguas, muchas veces raras o poco vistas. Así, vemos imágenes del desaparecido convento de la Merced, la calle de Madero en el siglo XIX, la antigua Universidad, etcétera. Imposible no sentir nostalgia con estos libros de culto, y un poquito de coraje también por todo lo que ya no existe.
5. Crónica de la Nueva España (Porrúa, 1985) de Francisco Cervantes de Salazar.
Tesoro quinientista, del primer cronista oficial de la ciudad. Después de un completísimo prólogo, asistimos a algunas de las más tempranas relaciones de la Conquista y descripciones de la capital recién refundada. Idóneo para quienes disfrutan de Bernal Díaz del Castillo y las Cartas de Relación y desean conocer otro punto de vista. Asimismo para aquellos que aman los famosos Diálogos Latinos del mismo Cervantes (y cómo no hacerlo).
6. Ciudad de México desconocida (Alebrixe, 2010) de Édgar Anaya Rodríguez.
Cien lugares repartidos en las dieciséis delegaciones y algunos municipios colindantes: Tlaltenco y la Sierra de Santa Catarina, los olivos centenarios de Ixtayopan, la capilla de Manzanares, los baños del Peñón, el pueblo de Axotla, los museos históricos navales, los tubos de lava del volcán Xitle… Quien posea un ejemplar de este volumen no tendrá más fines de semana aburridos: tanto por visitar y aprender…
7. La ciudad que nos inventa. Crónicas de seis siglos (Cal y Arena, 2015) de Héctor de Mauleón.
¡Por supuesto! La SEP debería otorgar un título a quienes lean detenidamente este libro, estudiándolo, subrayándolo, haciéndole caso. Este compendio de crónicas será considerado una joya dentro de poco tiempo. Ya lo es: hay que tenerlo.
Foto principal: «Zocalo» por Robert Brands, CC BY-ND 2.0.