En 1939, tras el divorcio con Diego Rivera, Kahlo pintó Las dos Fridas, donde se observa la dualidad que recorre gran parte de su obra: por un lado, la Frida de Diego, mexicana, con vestido de Tehuana, que sostiene en la mano el retrato de su amado; por el otro, la Frida europea, con un vestido blanco, manchado por la sangre de una arteria, cortada por unas tijeras, que une a ambas figuras: a la mujer que ella se consideraba con la que el pintor amaba.
La relación de Frida y Diego, compleja y apasionante, surgió en 1922, cuando ella ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria (junto con 2,000 hombres y 35 mujeres) y Rivera, quien ya era un artista reconocido se encontraba pintando el mural La Creación en el anfiteatro del recinto. El 21 de agosto de 1929 contrajeron matrimonio. Diez años después sobrevino un divorcio que tan solo duró un año, ya que el 8 de diciembre de 1940 se casaron de nueva cuenta. Para Frida, el vínculo entre ambos superó cualquier tipo de adjetivo. Escribió: “Dentro de mi papel, difícil y oscuro, de aliada de un ser extraordinario, tengo la recompensa que tiene un punto verde dentro de una cantidad de rojo: recompensa de equilibrio”.
Magdalena Carmen Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907, en Coyoacán, en la Ciudad de México. Durante su infancia padeció poliomielitis. Vivió en un mundo rico en fotografías, gracias a su padre, Guillermo Kahlo. Observó exvotos, calaveras y el folclor propio de México.
En 1925 Frida, junto con su novio Alejandro Gómez Arias, sufrió un accidente en el autobús en el cual viajaban, que cambiaría su vida. Tras múltiples lesiones, las secuelas de este accidente hicieron que tuviera que someterse a 30 operaciones a lo largo de su existencia.
Sus planes de estudiar Medicina se esfumaron y, durante la recuperación, se le mandó a construir un caballete especialmente diseñado para usarlo recostada, así como un espejo, colocado en el dosel de su cama. Comenzó a pintar. La mayoría de su producción fue de autorretratos, debido a que volcó su arte hacia lo que mejor conocía, ella misma.
A partir de su matrimonio con Rivera, se insertó definitivamente en el ambiente artístico y conoció a figuras de la talla de Edward Weston, Tina Modotti, Rosa y Miguel Covarrubias, Nickolas Murray, Pablo Picasso, Carlos Pellicer, Leo Matiz y André Bretón, entre otros.
En 1938 realizó su primera exposición individual en la Galería Julien Levy de Nueva York y fue la primera mujer mexicana en aparecer en la portada de la revista Vogue. En 1953 que tuvo lugar su primera y única muestra en México, en la Galería de Arte Contemporáneo de Lola Álvarez Bravo.
Frida Kahlo fue pintora, escritora, maestra en La Esmeralda, activista política y, sobre todo, una guerrera, prueba de ello es su cuadro Viva la Vida de 1954, que, pese a estar ya tomada de la mano de la muerte, realizó con gran maestría. Falleció el 2 de julio de 1954. Sin embargo, Frida permanece inmortal.
La semblanza aparece en el libro El mexicano del año, que pueden conseguir en esta misma página.