Por Jean-Pierre García
En exclusiva desde Cannes
Los amigos de CorreCámara ya saben que Un Asunto de familia (Manbiki Kozoku) del director japonés Kore-Eda Hirokazu era una de nuestras tres películas favoritas para la Palma de Oro, al igual que BlacKkKlansman de Spike Lee, que dijimos se merecía algún premio importante, que finalmente consiguió. El jurado dirigido por Cate Blanchett compartió los premios con cierto equilibrio. No entregó la Palma, como muchos lo anunciaban, a una mujer, lo que al final habría sido injusto, pues la única que podía entrar a este nivel (Nadine Labaki), no podía competir con Asunto de Familia.
El Festival de Cannes 2018 fue una buena edición al final. No pudieron seleccionarse ciertas películas de Estados Unidos, acabadas o casi acabadas (así ocurre en el mundo de los festivales, afectados por los miedos o envidias de los productores), pero sin Hollywood o sus asociados, el mundo del cine puede vivir y permite competencia entre los demás. Si ciertos lectores buscan a las estrellas de Hollywood Boulevard, les rogamos abran más los ojos y busquen en películas nuevas y desconocidas a las estrellas de mañana.
El recuerdo de los 50 años de la Quincena de Directores (de la que hablemos hace unos días) nos muestran cómo nacen ciertas estrellas. Pierre-Henri Deleau nos contaba cómo los críticos franceses se olvidaron de entrevistar al jovencito director de Mean Streets o a su actor principal (se trataba, respectivamente, de Martín Scorsese y Robert de Niro). Dos años después les besaban los pies para que les concedieran 15 minutos de cita con los mismos.
Así que este festival, sin grandes nombres de Hollywood, fue muy interesante y entregó momentos de cinefilia preciosos o sorprendentes. Lo que me faltó, personalmente, en este Palmarés, es lo reducido de la oferta de cine asiático. A pesar de la Palma de Oro, muy merecida, hubo muchas obras novedosas en el cine de Asia este año. Búsquedas audaces tanto en términos de escritura cinematográfica como de contenido social. Por ejemplo, el jurado se olvidó de dos películas muy fuertes, la china de Jia Zang-Ké (Los Eternos) y la sudcoreana de Lee Chang-dong (Burning), para ser muy preciso. Estas dos obras, que reseñamos a lo largo del festival, nos muestran el gran nivel de maestría con que los asiáticos manejan el lenguaje cinematográfico.
El gran ausente sigue siendo el cine latinoamericano. Mas allá de la competencia se tiene que buscar en las páginas de las secciones paralelas para poder encontrar las buenas sorpresas de aquellas latitudes.
Volviendo a la Palma de Oro, en Asunto de familia es muy conmovedor el personaje de una niña maltratada por su familia de sangre y que encuentra la felicidad en una familia de ladrones buenos. Tanto el público como los miembros del Jurado Internacional del Festival se quedaron emocionados por la aventura original de esta niña. Estos ladrones buenos nos recuerdan a “el lobito bueno” del poema de José Agustín Goytisolo, en el cual lo malos no son realmente los que uno pudiera imaginarse. A pesar de los muchos aspectos inmorales de la situación, son ladrones, pero seres que se aman y se respetan, que construyen una familia, que dan un hogar feliz a niños abandonados o dañados. Y al final la trama es muy emotiva.
Si tuviera que guardar una sola imagen de todo este festival sería la de la niña japonesa de la película de Kore-eda. Una pequeña de siete años que vino a Cannes y fue filmada y fotografiada en todos lugares, iba de una pantalla a otra después de la sesiones de prensa. En todo el Palacio del Festival, hay pantallas de televisión que muestran estas imágenes de prensa y que capturaban a una niña tan natural e inocente que se duplicaba y nos acompañaba como si la diosa del Séptimo Arte la hubiera elegido por su talento y su sonrisa tímida.
No vayan a penar que Asuntos de familia es una feel-good movie. Es una película que funciona con fluidez, donde nada se repite, sin un mensaje pesado. Desde un punto de vista dramático, esta fluidez permite entrar con mucha sutileza en vidas que son mucho más duras de lo que parecen. El “padre” encontró a la “madre de familia” en un peep-show. Le pareció a ella que este obrero era buena persona y gozaba hablar con ella. La “madre” no es prostituta, pero algo así. La hija mayor también trabaja, de vez en cuando, en un peep-show mientras al hijo casi adolescente lo encontraron abandonado en un auto.
En cuanto a las otras películas del Palmarés, muchas de las que llamaron la atención durante el festival obtuvieron premios secundarios. Así que ciertos colegas califican esta premiación como “militante” de los derechos humanos o de las luchas feministas o LGBTQ. A pesar de esto, el Jurado se olvidó de la excelente En guerra de Stéphane Brizé, película muy francesa quizás en su puesta en escena de obreros que pelean para salvar su fábrica. La actuación de Vincent Lindon no pudo proporcionarle otra vez el premio de mejor actuación masculina.
Fue una decisión especial del Jurado (con el permiso del Festival, pues está prohibido a todo jurado de Cannes inventarse un premio) otorgar una Palma Especial a Jean-Luc Godard por Le Livre d’Image (El libro de imagen). No se habló aquí de la reciente película del maestro, pues sería necesario verla varias veces para poder entender el sonido tan trabajado y manipulado, o para captar estas imágenes más allá de las referencias de momentos clave de la historia del cine (lo que no salió como un juego para cinéfilos o conocedores atentos).
Para muchos críticos, parecía que Godard corría detrás de su juventud, de aquellos momentos en que el veía África del Norte o Medio Oriente como un sueño de lo que él llama “La Arabia feliz”. Con su voz medio rota, Godard se expresa como relámpagos en un cielo mucho más oscuro de lo que parece, como para explicar que nada nuevo pasa que él ya haya dicho. Quizás el jurado quiso no ser aquel que, como muchos otros, no supo destacar el talento de aquel creador de la Nueva Ola.
Buena conclusión de una premiación muy diplomática sobre una selección al final mucho más original y atractiva de lo que pintaba en un inicio. Se acabó el 71° Festival de Cannes ¡Viva el 72°!
Ojalá para el año entrante tengamos películas de primer nivel del cine mexicano e Iberoamericano para disfrutar todavía más de Cannes. Pero esta reseña sobre el festival quedaría incompleta si no hablamos de Cannes Classics. Ya vendrá otro texto en CorreCámara sobre los clásicos que se presentaron estos días y que tanto nos gustaron.
Palmarés 2018
Palma de Oro: Manbiki Kazoku (Un Asunto de Familia / Shoplifters) de Kore-eda Hirokazu
Palma de Oro especial: Le Livre d’Image (Libro de imagen / Image Book) de Jean-Luc Godard
Gran Premio: BlacKkKlansman de Spike Lee
Premio a la mejor dirección: Pawel Pawlikowski por Zimna Wojna (Guerra Fría / Cold War)
Premio al mejor guión: Lazzaro Felice (Feliz como Lázaro / Happy as Lazaro) de Alice Rohrwacher
Premio al mejor guión: Se rokh (3 caras / 3 Faces) de Jafar Panahi
Premio del Jurado: Capharnaüm de Nadine Labaki
Premio a la mejor interpretación femenina: Samal Yeslyamova por Ayka de Sergey Dvortsevoy
Premio a la mejor interpretación masculina: Marcello Fonte por Dogman de Matteo Garrone
Palma de Oro al mejor cortometraje: All These Creatures de Charles Williams
Mención especial del Jurado – Cortometraje: Yan Bian Shao Nian (On The Border) de Wei Shujun
Cámara de Oro: Girl de Lukas Dhont
Premio FIPRESCI de la competición: Burning de Lee Chang-dong
Mejor película de Una Cierta Mirada: Gräns (Border) de Ali Abbasi
Mejor película de la Quincena de Realizadores: Climax de Gaspar Noé
Mejor película de la Semana de la Crítica: Diamantino de Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt