Es fácil amar a México. No importa el lugar del que se venga o la vocación que se tenga, una visita a sus selvas tropicales, montañas escarpadas o bahías con aguas cristalinas es suficiente para fijar en el recuerdo de cualquiera la belleza de nuestro país. Así le sucedió a un célebre científico alemán del siglo XIX: Alexander von Humboldt, quien visitó nuestro país y a su paso documentó y estudió nuestra riqueza natural y mineral, así como lo complejo de nuestra sociedad novohispana. Su nombre ha quedado inmortalizado en calles y monumentos, con los que se honra su memoria.
Con este mismo espíritu, la directora de cine Ana Cruz decidió dedicar su más reciente documental, Humboldt, la mirada del explorador, a llevar a la pantalla la vida del personaje. Para lograrlo, contó con el apoyo de grandes figuras del mundo académico, particularmente la del Dr. Jaime Labastida Ochoa, el director de la Academia Mexicana de la Lengua, quien ha dedicad parte de su trayectoria como investigador y varios libros a estudiar la vida de Alexander von Humboldt. Su ayuda, dice la directora, fue fundamental, pues además de aparecer como uno de los entrevistados en el documental, fue un gran guía para conseguir financiamiento para el proyecto.
La película es un documental científico en el que se sigue a Humboldt en su viaje por territorios mexicanos (la parada final de su expedición a Sudamérica): desde su llegada por el puerto de Acapulco, su traslado hacia la Ciudad de México, excursiones a Guanajuato y Michoacán, y finalmente su partida desde el puerto de Veracruz. En su trayecto, que le tomó poco menos de un año, juntó ejemplares de la flora novohispana y recopiló datos de su distribución geográfica, lo mismo con los minerales presentes en nuestro territorio, tras visitas a las minas más importantes del virreinato. Su curiosidad y capacidad de hacer conexiones entre campos distintos de la ciencia quedó inmortalizada en miles de páginas, redactadas en su puño y letra, en las que dejó plasmados sus descubrimientos y pensamientos.
A las escenas de recreación de la vida de Humboldt (interpretado por el actor alemán Alexander Holtmann) se unen entrevistas con especialistas de distintos campos de la ciencia que reconocen el valor de los hallazgos del explorador. Los testimonios de biólogos, historiadores, geólogos y antropólogos reflejan la versatilidad del personaje, un hombre apasionado y con una ética de trabajo inagotable. Sin embargo, como dice Ana Cruz, a ella lo que le interesaba era sacar a relucir los conflictos internos y contradicciones de Humboldt. Algo que logra y que hace que la película sea muy disfrutable y vaya más allá de una simple presentación de datos y hechos históricos.
Además de su gran labor científica, también fue un gran observador de la sociedad novohispana y de la vida cotidiana en la Ciudad de México. Pues así como celebró en sus diarios la belleza de la capital, a la que comparó positivamente con la de las grandes metrópolis europeas, también fue pronto a resaltar la inmensa desigualdad social que podía mirarse en ella. Su Ensayo político de la Nueva España se volvió un documento elemental para conocer la realidad de la sociedad de la virreinal, un hecho que la película resalta, para mostrar la gran capacidad para la empatía de Humboldt.
El documental pudo producirse y distribuirse gracias al apoyo el CONACYT, que aportó alrededor de la mitad de su presupuesto, CONABIO, otras muchas instituciones, tanto gubernamentales como privadas, y donantes individuales. Su estreno se llevará a cabo el 20 de abril con funciones en la Cineteca Nacional, la Casa de Cine y Le Cinema IFAL, y la directora espera que tenga un recibimiento cálido por parte del público y la crítica, que la puedan ver como una película que va más allá que los documentales científicos comunes y corrientes. Nosotros se los recomendamos ampliamente, pues es una gran oportunidad para celebrar la belleza de México a través de los ojos de un joven apasionado que terminó siendo uno de los grandes científicos de su tiempo.
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