Foto por Arturo Lara, apareció en la sección «México es» en el número 113 de Mexicanísimo.
Todos andamos nerviosos por los sismos. ¿Y cómo no? A partir de lo sucedido el 7 y 19 de septiembre, el sonido de la alerta sísmica se ha vuelto algo tan aterrador que incluso ha provocado muertos: el pasado 23 de septiembre un par de mujeres murieron tras infartarse del susto cuando se detonó la alarma. Aunque han pasado unos meses desde ese par de fechas trágicas, esta semana volvimos a sentir ese miedo. Primero el viernes, cuando un sismo de magnitud 7.2 con epicentro en Oaxaca nos puso a temblar otra vez y nuevamente hoy en la madrugada, al despertar por los alaridos de la alerta, que nos mandaron a la calle en pijama por otro de magnitud 6.
Así que sí, estamos ansiosos, temerosos, asustados, y con toda la razón. Ahora, si evacuar los edificios en caso de sismo y llegar a zonas de seguridad es algo que se les dificulta, aquí en Mexicanísimo acabamos de enterarnos de que hay otra opción para hallar refugio cuando tiemble, y es una alternativa que parece sacada de una película de ciencia ficción.
La K-107 es una cápsula diseñada por el ingeniero mexicano Reynaldo Vela Coreño, graduado de la Universidad Autónoma Metropolitana, que funciona como refugio en caso de que un edificio colapse por un sismo. Tiene forma de huevo, mide 2 metros de alto por 80 centímetros de ancho y su diseño está pensado para resistir ser sepultada en escombro, caídas de hasta 30 metros de altura e incluso . Esto lo logra gracias a su forma y a los materiales con los que está construida: resina, kevlar, acero y una aleación de titanio. En su interior pueden introducirse hasta dos personas y sobrevivir un mes, esperando a ser halladas por rescatistas.
Para ello cuenta con comida (principalmente amaranto, que es nutritivo y ligero) y agua suficiente para aguantar los 30 días, así como un tanque de oxígeno con mascarilla e iluminación con focos LED, que consumen poca energía. También integra dos tipos de alertas sísmicas: la que nos eriza los pelos de la nuca cada que suena y una más de respaldo. Para facilitar a los rescatistas su localización, también tiene sistema de GPS.
Su costo es elevado, va de los 40,000 a los 220,000 pesos, dependiendo del modelo que se elija, por lo que una parte importante de la población no podría acceder a este dispositivo, pero desde el sismo del 19 de septiembre, sus ventas se han disparado significativamente. Algo lógico dada la incertidumbre y miedo que sentimos los mexicanos que vivimos en zonas de temblores, pues ya vimos el daño que pueden provocar los sismos.
Pueden aprender más sobre la Cápsula K-107 en su página oficial, aunque, si les interesa comprar una, puede que tengan que ejercitar su paciencia, pues al parecer hay lista de espera.