De las muchas opciones que tenemos para transportarnos en la Ciudad de México, el Metro siempre resulta ser toda una experiencia.
No me dejarán mentir que nuestro engentado, bullicioso y laberíntico transporte subterráneo deja ver algunas de nuestras características como usuarios. Podemos llegar a ser escandalosos (¡Le vengo trayendo lo que viene siendo los últimos éxitos del reggaetón!…); comelones (solo en un tianguis hay más oferta culinaria que adentro de la estación Chabacano, y afuera ni se diga); fiesteros (en esta misma estación, de la línea café, he visto auténticos conciertos que ponen a todos a bailar… o de mal humor si tienen prisa); contorsionistas (jamás habría imaginado todas las formas que puede un cuerpo tomar hasta que te subes en hora pico en Tacubaya, ya sabes que todo cabe en un vagón de metro, si sabes empujar); querendones (ya que te queda… o te arrimas o te la arriman); históricos (poquísimas son las estaciones que no tienen algún vestigio arqueológico, una leyenda o una historia que contar, ¡hasta un museo tenemos!); vendedores y compradores natos (en la ida a la oficina puedes comprar desde un espejo o un estuche para tu celular, hasta un cuaderno de mantras para colorear).
Pero si las prisas y el malhumor que te generan las multitudes que, como tú, se trasladan por esta vía, no te dejan apreciar el maravilloso folclor que hace de nuestro mexicanísimo metro único en el mundo, te compartimos cinco razones para quejarte menos.
El lugar más seguro de la ciudad durante un sismo
Olvídate del “triángulo de la vida” o de posarte debajo del marco de una puerta, lo mejor es estar adentro de un vagón del metro. Y es que tras el reciente terremoto del 19S, ingenieros y el mismo director de este servicio, Jorge Gaviño, confirmaron que este transporte está construido a base de concreto armado. Por lo que “ha resistido y seguirá resistiendo movimientos telúricos”.
Es uno de los más baratos del mundo
A pesar de que el precio del transporte público se determina en función de factores como los salarios mínimos y el precio del petróleo. El metro de México es de los más baratos en el mundo y, además, por la misma tarifa puedes trasladarte a diferentes puntos de la ciudad y de la zona metropolitana, en cualquiera de sus horarios, lo que no sucede en otras ciudades. Para muestra basta un botón:
- En Madrid, un viaje sencillo cuesta 1.50 euros ($34.50 pesos). El precio varía según la zona a la que vayas, y puede llegar a costar 2.50 euros ($46 pesos). Además no venden boletos, sino que necesitas comprar una tarjeta que cuesta 2 euros, más el viaje. ¡Haz cuentas!
- En París, un viaje sencillo cuesta 1.49 euros, ($34.27 pesos). Igual que el de Madrid, el costo aumenta si vas a zonas más alejadas.
- En Londres, desde que inició este año, un viaje sencillo cuesta 4.90 libras (117.60 pesos) sin la famosa tarjeta Oyster Card, con ella tiene un precio de 2.40 libras (57.60). ¡Sí, así de caro!
- En Roma puedes comprar boletos con validez temporal, es decir, con uno puedes ir y venir en un transcurso de dos horas, o bien 24 o hasta 48 horas, dependiendo del tipo de boleto que compres te cuesta entre 1.50 euros ($34.50 pesos) o hasta 12.50 euros ($287.50 pesos). ¡Mejor camina!
Es el que llega a más puntos de la ciudad y zona metropolitana
Cuando uno vive en la Ciudad de México le puede ser natural que el metro lo lleve a todos lados —¡pues cómo no, además de que pago $5 pesotes no me lleva hasta donde quiero!—. Pues resulta que no todas las ciudades cuentan con este privilegio ni mucho menos cuesta igual el trayecto, ya vimos los ejemplos anteriores. En 2006, nuestro querido transporte anaranjado obtuvo el quinto lugar a nivel mundial por la extensión de su red, después de Londres, Nueva York, Beijing y París. Cuenta con doce líneas (de las cuales once llegan hasta el Estado de México), 195 estaciones y 226,488 kilómetros de longitud total, más que suficientes para llevarte de Observatorio a Pantitlán y de Ciudad Universitaria a Indios Verdes.
Un transporte lleno de cultura
Aunque usted no lo crea, nuestro metro es de los pocos que posee un programa exclusivo para la difusión cultural, histórica y artística tanto del país, como de este transporte en sí. Por tan solo $5 pesos no solo estás pagando un traslado, sino un viaje por el túnel de la ciencia (estación La Raza); por el pasaje de librerías entre Pino Suárez y Zócalo; murales de reconocidos artistas como, Rafael Cauduro y Alberto Castro Leñero; y piezas arqueológicas como la pirámide de Pino Suárez, por dar un modesto ejemplo. No olvidemos el recién inaugurado museo, que además de mostrarnos la historia misma de este transporte, posee una colección de pinturas de Rufino Tamayo, Leonora Carrington, Francisco Toledo, por mencionar algunos, que son una verdadera joya. ¡Este museo no lo tiene ni Obama!
Tiene el diseño gráfico más increíble
Quizás la rutina de subirte, trasladarte y salir del metro una y otra vez no te han permitido apreciar con detenimiento el grandioso diseño y señalización que tienen sus estaciones. ¿A poco creías que todos los metros del mundo tenían dibujos? Pues no, hasta en eso somos coloridos y extravagantes. A diferencia de los metros de Londres, París o Nueva York, el nuestro tiene una identidad visual que lo vuelve único, cada una de las estaciones cuenta con una imagen acorde al nombre, lo que permite reconocerlas y memorizarlas fácilmente. El genio atrás de estos diseños fue Lance Wyman que aunque nacido en Estados Unidos, se volvió más mexicano que el chile. Si quieres saber más de él y el proceso creativo de los diseños del metro no dejes de ir al museo que te recomendamos anteriormente y que se encuentra en la estación Mixcoac de la línea 12.