La historia de México no solo se encuentra en los libros sino también en su cocina, su diversidad gastronómica y en la creatividad que se imprime en cada platillo.
Ello posiciona a nuestra cocina como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, lo que vuelve al sazón mexicano no solo un atractivo turístico mundial sino un arte inigualable.
La cocina mexicana es una constante mezcla de sabores y colores que se ve reflejado en cada uno de sus platillos, pero sin duda alguna las mejores comidas son las que llevan el exclusivo picor del chile.
Nadie puede negar que el chile es un ingrediente base de la cocina mexicana, que además posiciona a México como exportador líder en el mundo de este maravilloso producto, que genera alrededor de 13 mil millones de pesos al año.
Los mexicanos contamos con 64 tipos de chile, sin esta particular fruta no existiría el exquisito mole y las extraordinarias salsas no serían lo mismo. Sin el chile ancho no disfrutaríamos del excitante sabor de los chiles en nogada, considerado un tesoro de la cocina poblana.
En este año se celebra el bicentenario de la invención de esta magnífica receta, la cual surge de la creatividad de las monjas agustinas del convento de Santa Mónica, quienes en su anhelo por darle una grata sorpresa al paladar de Agustín de Iturbide recibieron la revelación divina de este glorioso manjar.
Los chiles en nogada son un platillo en el que se mezcla el sabor dulce del durazno y la manzana, la exquisitez de la carne de res, la suavidad de la nogada de nuez de castilla, una pizca de granada y perejil, y el incomparable picor del chile ancho.
El chile ancho o poblano no solo forma parte de esta divina combinación, si no que nos sorprende también al ser la base de una innovadora bebida nacida en Puebla: Ancho Reyes, el aperitivo ideal para acompañar un delicioso chile en nogada.
¡Este verano déjate sorprender por los tesoros de Puebla!