Con el objetivo de preservar, fortalecer y desarrollar las 68 lenguas indígenas nacionales que se hablan en el país con sus 364 variantes, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) inició sus operaciones en el año 2005, luego de una serie de reformas al Artículo 2 de la Constitución Política del país, que reconoce a la nación como una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas.
Dichas reformas permitieron la promulgación de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (LGDLPI), que en su Artículo 14 mandata la creación del INALI para, entre otras cosas, asesorar a los tres órdenes de gobierno para generar políticas públicas en beneficio de comunidades indígenas y sus hablantes.
Un punto muy importante que señala la LGDLPI es que reconoce a las lenguas indígenas y al español como lenguas nacionales, otorgándoles la misma validez para cualquier asunto o trámite de carácter público o privado, y para que accedan plenamente a la gestión, servicios e información pública.
En su 10º aniversario, el INALI ha alcanzado grandes logros para promover el multilingüismo y la diversidad cultural como la revitalización de las lenguas en riesgo de desaparición; la formación de intérpretes, traductores y defensores públicos en los ámbitos de administración y procuración de justicia, así como la traducción de la Carta Magna a 23 lenguas indígenas.
Asimismo, mediante un trabajo arduo, con la colaboración de los mismos hablantes de lenguas indígenas, se ha logrado la elaboración de las normas de escrituras de diez lenguas, de las cuales, la otomí se entregó el pasado 21 de febrero de 2014 en la ceremonia conmemorativa del Día Internacional de la Lengua Materna, durante un evento efectuado en Papantla, Veracruz.
Además, a fin de hacer a las lenguas indígenas más audibles y visibles, el INALI ha participado en la traducción de anuncios y campañas institucionales de diversas dependencias federales, cuyas actividades tienen que ver con pueblos y comunidades indígenas del país.
No obstante, el Instituto reconoce que aún falta mucho por hacer para que la sociedad mexicana en su conjunto conozca, respete y valore la gran diversidad cultural y lingüística de los casi siete millones de mexicanos que hablan su lengua materna, de los cuales un millón son monolingües.
La situación y el contexto social del siglo XXI nos hacen cada vez más multiculturales y multilingües, los contactos culturales y lingüísticos son cada vez más notorios y complejos, por lo que el diálogo y el respeto entre diferentes y la igualdad de oportunidades entre todos los mexicanos, son la base para hacer de nuestro país un lugar democrático, plural e incluyente.