Con un aire apacible, propio de los pueblos de provincia, Valladolid, uno de los dos Pueblos Mágicos yucatecos, se ubica en un sitio estratégico, en el extremo más oriental del estado, entre grandes pirámides y misteriosos cenotes, con un clima cálido casi todo el año. La denominada “Perla de Oriente” esconde entre sus calles empedradas y amplias casonas coloridas una historia que se remonta a los tiempos prehispánicos.
Sus atractivos sobrepasan las expectativas de todo visitante, quien encontrará desde pequeños museos y hoteles boutique, hasta restaurantes típicos, construcciones coloniales y amplios parques, todos con un toque local y propio de la zona, que le confieren un encanto único.
Sobre la calle 40, en el número 204, se esconde la colección privada más grande de folclor mexicano, la Casa de los Venados, con más de 3,000 piezas en exhibición. Con una muestra que contiene piezas provenientes de todos los rincones de la República, el visitante no puede más que quedar maravillado ante el espectáculo de color y la variedad de la producción artesanal nacional. Cada rincón es un misterio y bien pueden encontrarse entre sus paredes árboles de la vida, sillas ataviadas con los rostros de grandes mexicanos, alebrijes y ollas de barro negro, todos conviviendo en un crisol de culturas.
Edificado sobre el cenote Sis-Há, del maya “agua fría”, fuente principal de abastecimiento de agua de los cupules, se erige el exconvento de San Bernardino de Siena, ubicado en el barrio de Sisal, construido en 1552 por los franciscanos. Es la segunda construcción franciscana, después del convento de Izamal, más grande e importante del estado yucateco. Hoy el visitante puede admirar su imponente retablo pintado en oro, tallado con motivos barrocos, su entrada de piedra labrada, ataviada con arcos impresionantes, sus murales y su antigua noria, construida en 1613, en la boca más grande del profundo cenote, ejemplo de ingeniería hidráulica notable que la ubica como la segunda más grande de Yucatán. Este es uno de los sitios más emblemáticos de Valladolid, ubicado al sureste de la Plaza Principal, desde donde se puede llegar al convento por la Calzada de los Frailes, no sin antes hacer una parada en sus múltiples tiendas de artesanías, donde pueden comprarse hamacas, hermosas blusas y trajes típicos bordados, llenos de flores y colores, sombreros de jipijapa y guayaberas.
Otro de los atractivos de este Pueblo Mágico es, sin duda, su gastronomía. Con una vista privilegiada, la Taberna de los Frailes, un restaurante que ofrece una interesante mezcla de cocina regional y contemporánea, empleando ingredientes mayas típicos y ofreciendo platillos como sopa de lima, mariscos en coctel, ceviches, empanadas y brochetas, además del pescado Tikin Xic, cochinita pibil, Póok Chúuk, entre muchos otros.
Valladolid es un punto estratégico para todo visitante que busca descubrir los secretos mayas más profundos. Se ubica a 150 kilómetros de Mérida y a 160 de Cancún, por lo que fácilmente se puede llegar desde ambas ciudades. Alrededor del pueblo se encuentran varios cenotes, en muchos de los cuales se puede nadar. Además, es el punto de partida perfecto para conocer las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Ek Balam y Cobá, ubicadas a poco menos de 50 kilómetros a la redonda del poblado. Para los que desean sacarle todo el jugo a su viaje, Tulum es una buena opción también, porque aunque está ubicada a 100 kilómetros de distancia, sin duda vale la pena la vuelta.
Aparta varios días para explorar la zona. Con tantas opciones y tantos sitios por conocer, el tiempo nunca sobrará. Con opciones para todos los gustos, las posibilidades son infinitas. Una posibilidad más para enamorarse del sureste mexicano, que sin duda te encantará.