Argentina concedió hace unas semanas el Premio Internacional de Derechos Humanos “Emilio F. Mignone” 2015, al sacerdote mexicano Miguel Concha Malo, por su papel en la defensa de los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables de México. Este es un reconocimiento más que merecido por un personaje de gran trayectoria en la protección y defensa de comunidades vulnerables en nuestro país.
Concha es miembro fundador e integrante del Consejo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, además de ser Cofundador y presidente del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria, O.P. Su vigencia de más de cuatro décadas se comprueba en las muchas asociaciones con las que ha participado, como Amnistía Internacional y UNICEF en México.
Escritor, periodista, sacerdote, filósofo, Concha Malo es un mexicano que nos enorgullece. Dos veces Premio Nacional de Periodismo, el padre Concha ha sido, además de promotor, un escritor prolífico. Ha escrito obras como Los Derechos Políticos como Derechos Humanos (1994), Las violaciones a los derechos humanos en México (1988), La pena de muerte, un enfoque pluridisciplinario (1993), y Los Derechos Humanos y la Ciudad (1996), entre muchas otras, además de ser frecuente colaborador en periódicos y revistas como La Jornada, Unomásuno, Semanario Punto y otros. Por si fuera poco, Don Miguel es profesor de la UNAM, vicepresidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, miembro del Consejo de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, y miembro del grupo Paz con Democracia.
A Concha Malo se le debe mucho gracias a sus aportaciones para crear una cultura de respeto a los derechos humanos. En 2006 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos reconoció su visión y compromiso en la promoción y defensa de los derechos fundamentales de las personas en México.
Algunos conceptos expresados por el padre Concha en sus escritos son fundamentales. En lugar de hablar sobre ellos, preferimos dejar sus palabras, que son mucho más claras y precisas, para invitarte a conocerlo, a leerlo, y a apoyar en el fortalecimiento de una cultura de justicia y respeto en México. Aquí algunos breves extractos:
* “El desarrollo solo puede tener como propósito promover el bienestar y la libertad sobre la base de la dignidad y la igualdad inalienables de todas las personas. Por tanto, el desarrollo con inclusión social solo puede tener como objetivo el disfrute de derechos y el acceso a oportunidades para mejorar con equidad la calidad de vida de la población, y un sistema de procuración y administración de justicia que funcione”.
* “Hoy en día la pobreza no puede entenderse solo como la falta de bienes materiales y oportunidades, como el consumo, el empleo y la propiedad, así como la democracia no solo significa contar con elecciones populares y periódicas pero sin el acceso a la toma de decisiones por parte de la población. Los Estados deben garantizar instituciones que reflejen un interés fundamental por las personas y políticas públicas que tengan la cobertura más amplia, así como procesos que cuenten con la mayor participación, permitiendo con ello que los bienes materiales y oportunidades sean accesibles y asequibles para todos, sobre todo para que los grupos en situación de discriminación no queden excluidos”.
* “Los derechos humanos refuerzan la exigencia de que la reducción de la pobreza sea la meta primaria de las políticas de desarrollo”.
* “Es indispensable que se haga real y efectivo el compromiso de generar un desarrollo basado en la inclusión social y la promoción, protección y garantía de los derechos humanos integrales”.
Un abrazo al Maestro Concha y muchas gracias por su esfuerzo y su compromiso, por eso decidimos hacerle este breve homenaje.