Lo primero que llama la atención es su nombre. A ciencia cierta, ninguno de estos dos destinos tiene que ver directamente con la festividad, pero así fueron bautizados desde que el virrey Antonio de Mendoza desembarcó ahí el 25 de diciembre de 1540.
Separados únicamente por un canal, Barra e Isla de Navidad son dos lugares disímiles. Complementarios en todos los sentidos, ambos gozan de un clima envidiable la mayor parte del año, con una temperatura anual promedio de 24 grados centígrados, además de tener hermosas playas y puestas de sol envidiables.
Barra de Navidad es el poblado más grande de la zona denominada “Costalegre”, en el litoral jalisciense, en el municipio de Cihuatlán. Se localiza a unos 200 kilómetros de Puerto Vallarta y a unos 40 kilómetros al norte de Manzanillo, cuyo aeropuerto internacional queda a escasos 20 kilómetros, por lo que es la mejor opción para llegar a Barra o a Isla de Navidad. La carretera que bordea el Pacífico también es una buena opción, en especial si quieren conocerse los alrededores.
Actualmente, Barra es un pueblo pesquero de unos cinco mil habitantes, que subsiste en gran medida gracias al turismo. Está situado sobre una larga extensión de arena que separa la laguna de Navidad del Pacífico. Cerca, pueden encontrarse innumerables playas como Tenacatita, Melaque o el Tamarindo, lo que lo convierte en un punto céntrico para conocerlas. Este es un lugar perfecto para practicar el surf y la pesca deportiva, celebrándose dos torneos anuales en la región. Como en la mayoría de las costas del Pacífico, la pendiente de la playa es un poco empinada, por lo que el oleaje rompe muy cerca de la orilla. Barra es un lugar de retiro tanto para nacionales como extranjeros. Se encuentra rodeado por una exuberante vegetación, de arrecifes, acantilados y playas de tonos claros y arena dorada.
Este es un pueblo que no ha perdido su encanto colonial, es una mezcla de antiguo y moderno. Localizado en lo que antiguamente era un astillero español, Barra de Navidad es ahora un lugar de descanso, que mezcla los restaurantes y los clubes nocturnos, con un rico legado histórico, construidos algunos de ellos en antiguas casas coloniales. Sus calles empedradas con amplios caminos peatonales, permiten al turista disfrutar ampliamente del sabor local con largas y tranquilas caminatas.
Los grandes desarrollos turísticos todavía no han llegado a Barra, por lo que todo sigue teniendo un toque típico. Es un lugar lleno de historia, desde ataques de piratas y las primeras expediciones a las Filipinas y el Mar del Sur, hasta la impactante imagen de un Cristo que sufrió los estragos de un ciclón y salvando, según dicen, a todos los que se refugiaban en la iglesia, tiene actualmente los brazos caídos.
El complemento perfecto para este poblado es la Isla de Navidad. Completamente diferentes, se encuentran sólo separados por una franja de agua que desemboca en la laguna de San Cristóbal. Aunque están a escasos metros, Isla de Navidad, pertenece al estado de Colima y como tal no se trata de una isla, sino de un peñasco llamado Peñón de San Francisco, localizado en la península de La Culebra.
Ambos destinos resultan muy agradables. Ya sea en la laguna tranquila o en el mar agitado, Barra e Isla de Navidad lo tienen todo y son capaces de satisfacer los gustos más diversos.