Gertrudis Robles dio a luz, el 13 de junio de 2014, al habitante 120 millones de este bullanguero y batallador país. Seguramente fue una chamaca, y sinceramente esperamos que no la hayan bautizado Miley Cyrus o una lindura similar con la que desgraciarla toda la vida. Su papá, encantado con el suceso, no sabe en la que se ha metido. ¡Que vengan los padrinos, el bolo, la fiesta y el empeño para pagar la cuna, los pañales y el ropón! Total, para endeudarse para los estudios, siempre habrá tiempo.
El dato anterior puede ser cierto, o puede que no, pero es una buena manera de empezar a comentar este reporte del INEGI, que nos describe numéricamente como país. Un reporte que nos pone nerviosos, aunque también esperanzados, y que muestra que debemos replantear muchas de nuestras políticas antes de que se nos machuque aún más el dedo, o la mano completa.
Estos son algunos datos de lo que somos y lo que no somos, para quitarnos leyendas de la cabeza y para trabajar por planear el México que se nos viene encima.
El bebé, ¿igualito a su padre?
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica, levantada en el 2014, en términos generales, descontando las defunciones, cada hora nacen en nuestro país 301 bebés dispuestos a comerse el mundo a llantos. El número está por encima de lo planeado, señal que nuestros programas demográficos no han sido efectivos, pues se tenía planeado que llegáramos a una tasa de crecimiento del 1.7% anual, y la verdad es que estamos en el 2.2% y eso no es poca cosa, quiere decir que están naciendo anualmente 600,000 infantes más de los esperados, o sea que las cigüeñas mexicanas siguen teniendo turbo.
La tasa también está afectada por el nivel educativo. Hoy en el país el índice de crecimiento en personas sin instrucción educativa es del 3.3%, mientras que en los niveles de educación media superior y superior es de 1.79%.
Otro dato dramático más, es que de esos 301 nacimientos, 51 son de madres de 19 años o menores, o sea, el 17% de los partos. Un número terrorífico que invita a trabajar con más seriedad en las políticas de educación sexual.
Por último, el Estado más fecundo es Chiapas, con el 2.9%, seguido por Zacatecas con el 2.66%. En los más controlados está el D.F. con 1.47%, seguido por Yucatán, con el 1.98%.
Nos estamos haciendo viejos.
Los mayores de 60 años aumentaron, en porcentaje, pues pasaron de ser el 9.1% de la población en el 2010 al 10.9% en el 2014. Esto seguramente planteará un serio problema para las pensiones en los próximos años y nos obligará a considerar si se debe seguir con la edad de retiro a los 65 años o habrá que moverla un poco más, porque las Afores están muy limitadas.
La pirámide de distribución poblacional empieza a mostrarse panzona, porque ahora el grupo mayoritario no es el de 0 a 4 años, sino el de 10 a 14.
Otro dato interesante que muestra una mayor capacidad para proporcionar atención a los menores (tanto por sus padres como en el sector salud) es que en 1970 fallecían 68 bebés menores de un año por cada 1,000, mientras que en la actualidad se ha reducido impresionantemente a sólo 14 por cada 1,000.
Otra información a considerar: en 5 años 719,200 personas abandonaron el país para vivir en otro, principalmente Estados Unidos (el 86%). Seguimos expulsando compatriotas, con todas las implicaciones de injusticia que esto indica.
Finalmente, es falso eso de que hay 7 mujeres por cada hombre y estoy buscando las 6 que me faltan. En la actualidad, por cada 100 mujeres, hay 95 hombres, o sea que hay que seguir batallando en los antros para conseguir pareja.
En fin, somos muchos. Si quieres saber más sobre nuestra conformación, entra a la página que se indica al final de esta nota, seguramente encontrarás más datos sorprendentes en los cuales pensar. En cinco años, de seguir así, seremos el décimo país más poblado de la tierra, rebasaremos a Japón, cuya población viene descendiendo.