Su nombre científico es Canis lupus baileyi, pertenece a la familia de los cánidos y particularmente del género “canis”. En Norteamérica existen siete especies de cánidos silvestres vivos: lobos rojos y lobos grises, coyotes y cinco especies de zorros. Son animales carnívoros que acostumbran vivir en manada para cazar en conjunto. Ellos caminan sobre sus dedos ya que están adaptados especialmente para amortiguar sus pasos.
El lobo mexicano es una subespecie del lobo gris, originario de Asia, Europa y Norteamérica, que es el mayor de todos los cánidos. Los lobos mexicanos son de tamaño considerablemente menor a los lobos de Canadá y sus medidas son parecidas a las de un pastor alemán, los adultos miden entre 130 y 180 centímetros del hocico a la cola. Los machos tienen un peso promedio de 33 kg, mientras que las hembras pesan 27 kg. A diferencia de los lobos canadienses, que son muy longevos, los lobos mexicanos llegan a vivir entre 7 y 9 años en vida silvestre y hasta 15 años en cautiverio.
El territorio que llegó a ocupar la especie comprendía desde el suroeste de Estados Unidos (Arizona, Nuevo México, Texas) hasta la cuenca de México (Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, el Bajío e incluso hasta Oaxaca).
Antes de la llegada de los colonizadores europeos los lobos vivían en bosques relativamente húmedos y templados, en las montañas o cerca de los lagos. Cuando llegaron los europeos a colonizar cazaron casi hasta exterminar a los venados y demás animales, que finalmente fueron remplazados por ganado vacuno y lanar. Dado que los lobos se comían este ganado, comenzaron a ser cazados, hasta que finalmente quedaron pocos y solitarios.
Todas las especies de lobos que vivían en la zona del suroeste de Estados Unidos habían desaparecido para 1942. En la década de los setenta, México reconoció al lobo mexicano en peligro de extinción, aun así hubo quienes siguieron cazando a la especie. En 1971 se lograron atrapar cuatro lobos vivos con el fin de reproducirlos para proteger y salvar la especie.
Desde entonces, el proyecto de recuperación del lobo mexicano ha continuado y ha dado frutos. Para el 2009 existían más de 300 lobos en zoológicos y centros de conservación de México y Estados Unidos. Todos ellos provienen de los cuatro lobos mexicanos que atraparon en los años setenta. También se ha logrado reintroducir a más de 80 de ellos, en el sur de Estados Unidos y en los estados mexicanos de Sonora y Chihuahua.
Fuente principal de información:
Proyecto de Recuperación del Lobo Mexicano, Canis lupus baileyi, México, SEMARNAP-Instituto Nacional de Ecología, 2000.