Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero es la nueva película del director Gustavo Moheno (México, 1973), responsable del exitoso remake de Hasta el viento tiene miedo (2007). El director esta vez tomó el reto de hacer una comedia sobre unos rockeros fracasados que se reúnen en el crepúsculo de su vida a raíz de que el cantante Bono de U2 quiere comprarles una canción. Es una comedia con momentos hilarantes a cargo de la interpretaciones de un atractivo cuadro de actores, que encabeza Damián Alcázar y complementan Jorge Zárate, Arturo Ríos y Álvaro Guerrero. En entrevista con Corre Cámara, Moheno asegura que será un placer para el público disfrutar a Alcázar en el papel de un “ruquero”, en una moda que ha puesto en roles similares a figuras de primer nivel como Al Pacino en Danny Collins (2015) o Meryl Streep en Ricki (2015).
Corre Cámara: ¿Cuál es el origen de esta historia?
Gustavo Moheno: Es un guión de Carlos Enderle que leí hace casi una década. Luego Carlos se enfocó en otros proyectos, hizo Crónicas chilangas y empezó a levantar otra película y yo me acordaba siempre de este guión porque para mí tenía un gancho emocional, pues yo empecé como reportero de espectáculos a principios de los noventa, y me tocó todavía esta colita de aquel famoso movimiento de rock en tu idioma y también de los conciertos de rock en México, pues habían estado prohibidos desde Avándaro. Era de algún modo contar la historia de aquellas bandas que yo mismo conocí y entrevisté, que luego se perdieron y nunca se volvió a saber de ellas, eso me enganchó emocionalmente. Viendo que Enderle tenía el guión empolvándose, le pedí que me lo pasara y que me permitiera levantarlo. Retrabajé el guión con Ángel Pulido que es el guionista con el que habitualmente trabajo y finalmente llegamos a esta versión.
CC: ¿Qué tanto cambió de la versión original?
GM: Cambió bastante aunque obviamente en el guión de Enderle estaba la premisa de Bono, los personajes, todo muy bien construido. Nosotros le metimos más mano al tercer acto. El guión de Enderle le tiraba más a la farsa y yo quería hacer una comedia realista, que fuera creíble, con personajes con los que te pudieras identificar. No quería caer en la caricatura, que era muy fácil con este tipo de historia.
CC: Llevas dos películas, una de terror y ahora esta comedia ¿te defines como un cineasta de género?
GM: Definitivamente los géneros me encantan. Tengo este background como crítico de cine, que estuve muchos años escribiendo para varios medios y cuando hice Hasta el viento tiene miedo fue un shock para algunos amigos, porque esperaban que por ser crítico de cine tenía que hacer algo muy exquisito cargado completamente hacia el cine de arte. Se nos olvida que—y no por compararme con esos dioses del cine— los críticos de la Nouvel Vague como Truffaut o Godard, estaban inspirados por el cine popular y el cine de género, aunque ahora lo vemos como cine de arte. Yo nunca he pensado en la división del cine como de arte y comercial, para mí hay buen cine y mal cine. Lo que busco es hacer cosas distintas, es una manera de aprender. El terror y la comedia son los géneros más difíciles.
CC: ¿Cuál es más difícil el terror o la comedia?
GM: La comedia funciona o no funciona, la gente se ríe o no. El terror todavía tiene un nivel dramático que finalmente puedes no estar aterrorizado pero hay una historia y un drama que vas siguiendo. La comedia tiene además un ritmo muy específico. Es algo que trabajamos mucho desde el guion y tuvimos la fortuna de contar con grandes actores, que enriquecieron muchísimo más el guion, pues aportaron e improvisaron muchas cosas.
CC: ¿Cómo los atrajiste al proyecto?
GM: Siempre pensé en Damián Alcázar para Eddie Reynolds porque no quería caer en la caricatura, quería tener a un protagonista que tuviera el peso dramático suficiente para hacer de Eddie Reynolds un personaje real, verosímil. Tenía mucho miedo que me dijera que no y finalmente leyó el guion, nos entrevistamos, le gustó el proyecto , el personaje, le vio posibilidades y le atrajo el reto, pues era algo que no había hecho antes. Afortunadamente aceptó. Tuvimos que esperarlo como un año para poder hacer la película pues tiene una agenda muy apretada. Teniendo a Damián fue relativamente fácil conjuntar a los demás. Damián le dio prestigio al proyecto.
CC: ¿El resto de los actores eran los que tú querías?
GM: Zárate siempre lo vi como el bajista. Arturo Ríos fue la gran sorpresa, ese personaje de Santos fue el que más trabajo me costaba, tener claro qué actor podría ser. Vi a varios y Arturo estaba ahí pero no era el número uno en mi lista hasta que Damián empezó a insistir mucho en él. Y la verdad es que estoy muy sorprendido con Arturo, ya lo conocía por Desiertos Mares y Entre Pancho Villa y una mujer desnuda. Arturo es una institución del teatro mexicano. Y hace un personaje como nunca antes lo habíamos visto, se salió del cartabón. Álvaro Guerrero era otro personaje que tenía pensado para otros actores, uno de ellos no pudo por fechas y me acordé de Álvaro, que había trabajado conmigo en mi primer corto en el CCC. Lo fui a ver a una obra de teatro en 2013, haciendo un papel muy serio, un tipo que cuestionaba la existencia de Dios ante un creyente. Fue otra gran sorpresa porque el instrumento más complicado para que pareciera real era la batería. Tuvo una gran disciplina, realmente parece que le está pegando.
CC: Tú dijiste que improvisaron muchas cosas los actores…
GM: Sí, hay muchas cosas de improvisación de diálogos e interacciones. Por ejemplo, hay una escena en el auto, cuando van a buscar a Santos a Veracruz. La escena estaba escrita así pero hay muchos detalles que los actores aportaron: chistes, groserías, reacciones, que iban surgiendo al momento de hacer la escena.
CC: ¿Es más fácil improvisar en la comedia que en el terror?
GM: El terror es más estricto, allí si es “Muévete de aquí a allá y no te salgas de eso”, por la luz, la foto. En la comedia puedes ser más libre.
CC: ¿Por qué crees que la gente debe de ver Eddie Reynolds?
GM: Primero por ver a Damián Alcázar como nunca lo han visto, como un rockstar venido a menos que tiene su segundo aire, es algo maravilloso. En la vida real, Damián es casi un rockstar porque la gente lo quiere y admira muchísimo. Y ahora se volvió moda: Al Pacino acaba de interpretar a un rockero, Lani Collins, Meryl Streep trae otra rockera. Como que los grandes actores veteranos están haciendo a “ruqueros”. Además es una comedia distinta en la que la gente se puede identificar.
CC: ¿Crees que Eddie Reynolds es una comedia con humor local o que puede funcionar fuera de México?
GM: Fíjate que la hemos presentado dos veces en Estados Unidos, con públicos mixtos, anglosajones y latinos. Con los anglosajones ha funcionado muy bien, le entraban completamente al humor de la película, a pesar de que parezca que tiene un humor muy chilango. La historia es completamente universal.