En el escenario de la Revolución Mexicana, Francisco Villa fue un héroe, mientras que para otros fue un bandido que se levantó en armas y permitió a sus tropas saquear, torturar, matar y violar. Odiado y admirado, Pancho Villa es considerado uno de los jefes revolucionarios cuya actuación militar fue decisiva para la derrota del régimen del entonces presidente Victoriano Huerta. Nacido en el estado de Durango el 5 de junio de 1878 y asesinado el 20 de julio de 1923, te presentamos algunos datos pocos conocidos del “Centauro del Norte”, como también se le conocía.
- Su nombre verdadero era José Doroteo Arango Arámbula. Desde muy joven, se vio obligado a huir a la sierra porque era perseguido por la justicia, su delito: vengar el honor de su hermana. Fue entonces que se cambió su nombre por el de Francisco Villa.
- Villa fue un hombre sumamente enamorado. Algunos historiadores afirman que se casó en 27 ocasiones y tuvo por lo menos 26 hijos, de los cuales se hizo cargo. Se dice que algunos de ellos los envió a estudiar a Estados Unidos.
- Villa nunca fue a la escuela, se dice que aprendió a leer en la cárcel. Debido a esto, cuando fue gobernador de Chihuahua, aseguran que mandó construir 50 escuelas en tan solo un mes.
- Las tropas villistas tenían prohibido ingerir alcohol, pues el “Centauro del Norte” era abstemio, decía que era uno de los peores vicios que un hombre podía tener.
- Para evitar que lo atacaran, Villa cambiaba frecuentemente de residencia. Su caballo siempre estaba ensillado, dormía en un sitio y amanecía en otro. Se dice que mandaba a herrar sus caballos con las herraduras al revés para despistar a sus enemigos.
- En una emboscada, el 20 de julio de 1923 Villa perdió la vida a manos de unos pistoleros presuntamente contratados por Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón. El vehículo en el que viajaba recibió alrededor de 150 tiros, de los cuales 13 impactaron en su cuerpo.
- Al exhumar sus restos (en 1976) para depositarlos en el Monumento a la Revolución, su cabeza no fue encontrada. Se dice que un estadounidense profanó su tumba en 1926 y se llevó el cráneo del duranguense. Hasta la fecha no se sabe el paradero de la cabeza de Villa.