Hablar de literatura mexicana es un tema complejo que plantea muchas interrogantes, una de ellas, quizá la más importante es: ¿de qué literatura hablamos? Si bien en nuestro país la lengua que más se habla –y por ende escribe– es el español, de acuerdo con el INALI existen 68 lenguas indígenas vivas, de las cuales derivan 364 variantes lingüísticas. Entonces, cuando hablamos de literatura mexicana es preciso enfatizar si nos referimos a la escrita en español, en náhuatl, en maya yucateco, en zapoteco, en mixe o en cualquiera de sus variantes, pues como cualquier otra lengua, las indígenas tienen la capacidad de alcanzar un nivel simbólico y metafórico, es decir, producir literatura.
Son bien conocidos y estudiados los textos prehispánicos escritos por tlatoanis mexicas y texcocanos, como Axayácatl y Nezahualcóyotl, por mencionar a los más afamados, quienes así como los antiguos filósofos griegos se cuestionaron sobre temas tan humanos y universales como la fugacidad de la vida, la existencia del ser y el tiempo. Sin embargo, ¿qué sabemos de la literatura contemporánea indígena? Poco. ¿Por qué? Una razón importante es la discriminación que por años han padecido estos grupos étnicos y sus lenguas, casi al punto de la extinción, lo cual implica una enorme barrera para acceder al campo de la literatura mexicana. Aunado a la crítica situación social y económica que viven muchos de ellos; basta decir que la gran mayoría no saben leer y escribir, o no tienen acceso a una educación formal, ni siquiera a los servicios más básicos que cualquier ciudadano debe recibir. No obstante, a pesar de los muchos obstáculos que existen para producir literatura y entrar en el mercado editorial en este país, –incluida la escrita en español– hay notables poetas de origen indígena que han logrado captar la atención de nacionales y extranjeros, no solo por escribir en sus lenguas maternas y ser ellos mismos sus traductores al español, –algo muy loable y digno de aplauso– sino también por su calidad poética que ha sido reconocida a nivel mundial. Aquí les presentamos la poesía de dos poetas mexicanos y uno guatemalteco escrita en sus lenguas indígenas originarias, con su respectiva traducción al español.
Ka yeh pie’y
Ku xëëw kidaknë
Kuchëpë’y jatnëp yëh,
Yukjotm jäts aamjiotm witity
Jäts xjaymiëëtëd.
Ku po’iantaakt,
Tsap ix míts
Jäts x’aaxtukt ka pië’y
Madi mtuu mojëp.
Ku xiëëny tyaakt,
Duún pitsnëdë ixëm jëën
Nëy duún ixëm kuma’y,
N’its xëëw kiäxjëkomë jaduúk o’k.
Las flores del jaguar
Cuando se oculta el sol
En felino de flores se convierte,
Recorre selvas y montañas
Para que lo tomes por nagual.
Bajo la luz de la luna
Observa la bóveda celeste
Y descubrirás las flores del jaguar
Que cada día guiarán tus pasos.
Al presentarse la alborada,
se apagan como la lumbre,
igual que en un sueño nocturno,
y el día nos saluda de nuevo.
Martín Rodríguez Arellano, poeta mixe, Oaxaca.
Xa reta’ m wa’
Ri kaqiq’ man kakwin taj
Kuq’atej jun achik’
Ri xe’qal kubàn saq
Che ri chomab’al.
In, chi’ kinel wi,
Xa are wa’
Jela’ kinchoman wi…
Ureta’m wa’, ri nutinimit
Y lo sabe
El viento no puede
atajar un sueño.
La noche se hace luz
para el pensamiento.
Yo vivo aquí
pero
pienso allá…
Y mi pueblo lo sabe.
Humberto Ak’abal, poeta maya k’iche, Guatemala.
Axtosel tinemi
Axcana toselti tiztoque
tohuaya nemi toteotzitzin
tech chicahualia yaotecam
tech tlalamictia huehuetlacame.
Tinequi chicahuac timonelhuayotise
tinequi timoyolchicahuase
tinequi tinextise totlamiquilis.
Ohuitoc ni tequitl
ohuitoc ni ohtli: yancuic ohtli
ihuan yancuic tlanextli.
Xihualaca, xihualaca, xihualaca
xihualaca, nochi xiseliqui:
yancuic tonati ihuan yancuic tlanextli.
No estamos solos
No estamos solos
los Dioses caminan con nosotros
los guerreros nos fortalecen
recibimos consejos de los ancianos.
Queremos fortalecer nuestras raíces
Deseamos fortalecer nuestros corazones y difundir nuestra sabiduría.
Resulta difícil el trabajo
largo y penoso el camino:
camino nuevo, nuevo amanecer.
Vengan, vengan, vengan
vengan todos a recibir:
el nuevo sol y el nuevo amanecer.
Natalio Hernández, poeta nahua, Veracruz.
Ndakjuéna
Ndakjuéna, kjianga koóxtí yojoó
nixtjien ch’an, nixtjien sien, kojotsa
kjianga kjixió botindsa’ a ndsub’ ueji
ko ts’ en buaá yojoó, ndakjuéna.
Mi tokoyá ts’en nga máná
fuxtí kjua ndasen,
nixtjien maná tsabukja´an
ndanga tsié.
Fojñajo’an njña tsabehe
Xi b’indo xió nga nixtjín.
Nadakjuéna, ngo tín tsí yojona
tsjáha kó kia xcheé nga tinchinji.
Llámame
Llámame, cuando sientas que el susurro
de la noche fría y solitaria te desnuda
o cuando el silencio bese tu boca
llenándola de inquietud, llámame.
Yo sé desvestir la soledad
de mil formas bellas, llenar la noche
trémula de apasionadas caricias.
Acostarme con los sueños infieles
callados a la luz del día.
Llámame, bastará un instante de mi vida
para eternizar la dicha de saber que existes.
Juan Gregorio Regino, poeta mazateco, Oaxaca.