Controlador del Universo. La cosa cósmica. Molécula de glucosa expandida. Cosmogonía doméstica. Un hoyo negro. Variables de las dimensiones. Un mundo fragmentado.
Sin duda alguna es difícil acercarse a la obra de Damián Ortega, uno de los artistas contemporáneos más reconocidos a nivel internacional, como es complejo acercarse al arte contemporáneo en general. Eso sí, el arte responde al mundo que lo contextualiza y, tal vez, el mundo actual ha desaparecido y es imposible de comprender. El mundo de la información se multiplica, se eleva a la enésima potencia y todo a una súper velocidad.
Ortega nació en la Ciudad de México en 1967. Actualmente vive y trabaja entre México y Alemania, tal vez más allá que acá, pues los espacios para el llamado arte contemporáneo y sus artistas son pocos en México.
Su obra ha estado en los museos más importantes del mundo: Tate Modern, en Londres; Museu da Arte Pampulha, en Brasil; Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles; la bienal de Venecia; en el Museo Jumex, de México, en el Museo de Arte Contemporáneo de Filadelfia; en Centro Pompidou, en París; etcétera.
Considerado como uno de los artistas más consistentes en la escena internacional, lo que es seguro es que cualquier obra suya no te dejará indiferente, al menos te hará pensar en lo fragmentado del mundo actual, te hará ver cada cosa de otro modo, desordenará un poco tu cabeza y, tal vez, acabes preguntándote como él de qué manera funcionan las cosas, no sólo las máquinas, sino cada cosa inserta en un sistema social, en un sistema económico, en un sistema un cultural, en un sistema dentro de otro sistema.