Nombrada en honor de una de las glorias literarias jaliscienses, la Biblioteca Pública Juan José Arreola –fundada en sus inicios bajo el nombre de Biblioteca Pública del Estado de Jalisco–, se inauguró por el entonces gobernador del Estado Pedro Ogazón, el 24 de julio de 1861 bajo el título quinto del Plan General de Enseñanza.
Planeada como un referente cultural y un recinto a la altura de los pobladores de la capital tapatía, la Biblioteca se formó con los acervos que pertenecieron al Instituto de Estudios Profesionales del Estado, al Colegio Seminario Tridentino del Señor San José, al Colegio de niñas de San Diego y a los conventos extintos: San Francisco, San Agustín, San Felipe, Santo Domingo, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de la Merced, Belén y del Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Zapopan.
Su primer director fue el señor Ignacio Acal, de 1861 a 1863, quien inició los trabajos de clasificación y organización de los materiales y, en 1872, le sucedió José María Vigil. Debido a los arduos trabajos en la Biblioteca Pública, esta se inauguró formalmente el 18 de diciembre de 1874 durante el gobierno de Ignacio L. Vallarta, poniendo a disposición del público alrededor de 20,000 ejemplares de consulta.
En 1925, el edificio pasó a formar parte de la Universidad de Guadalajara, tomando una función de apoyo y fomento a la lectura de la institución. En un inicio, se integró al Instituto de Bibliotecas, posteriormente a la Coordinación de Bibliotecas y, a partir de 2009, al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Años antes, en 2001, el Consejo General Universitario aprobó nombrarla “Juan José Arreola”, en memoria de quien fuera su director de 1991 a 2001. En 2004, debido a problemas estructurales del edificio, los acervos bibliográficos y la hemeroteca contemporánea se trasladaron a la avenida Alcalde núm. 130, a un costado del Palacio Municipal.
En su última etapa de construcción, se trasladó tanto el fondo histórico como el contemporáneo al edificio dentro del Centro Cultural de la Universidad de Guadalajara, ubicado en Periférico Norte Manuel Gómez Marín no. 1695.
Dentro del tesoro bibliográfico de la Biblioteca, destaca la Colección de Libros de Lenguas Indígenas que consta de 128 títulos y 166 volúmenes elaborados, principalmente, con fines de evangelización del siglo XVI al XX, los cuales conservan el testimonio de 17 lenguas pertenecientes a nueve familias lingüísticas distintas. Además de esta colección, destacan los primeros impresos mexicanos, los manuscritos del Fondo Franciscano, 15 títulos incunables (1450-1500), 2,235 libros europeos impresos durante el siglo XVI y 283 volúmenes de códices facsimilares.
El edificio de seis niveles y 44,000 metros cuadrados utiliza las más modernas técnicas en espacios que invitan a la lectura y el estudio. Lejos de aquellos sitios oscuros que parecían prisiones de letras, la biblioteca es refrescante, abierta, y deja de ser solo un resguardo de libros para convertirse en un centro de conocimientos, que lo mismo permite apreciar los volúmenes existentes como facilitar el acceso a la impresionante biblioteca virtual que existe en el mundo.
La Biblioteca, asentada frente a la Plaza del Bicentenario –la plaza pública más grande de la zona metropolitana– es uno de los edificios emblemáticos de lo que será, con los años, el Centro Cultural Universitario, un proyecto magno ubicado en Zapopan, Guadalajara.