Bien se sabe que el del cine y la literatura es un matrimonio por conveniencia. El cine prosperó como arte del siglo XX como si de un nuevo rico se tratara, robándose a su novia la literatura y sirviéndose de la rancia tradición de ella para escalar rápidamente en sociedad, pues desde que pudo comenzó a enriquecerse de su dote, o sea sus obras más populares y admiradas. Con el tiempo, esa relación se convirtió en un matrimonio mal avenido, en la que el cine se ha aprovechado de su abnegada pareja; le ha sido infiel numerosas veces, reiteradamente la ha desvirtuado, gusta de llegar a deshoras y con frecuencia la defrauda. Pero en contraparte, a menudo el cine muestra el encanto de los astutos y es cuando se contenta con la literatura, a quien alegra con su imaginación y simpatía; la hace sentir más bella y original, y cuando le place se muestra generoso.
Lo que el cine toma de la literatura se remonta a los inicios del cinematógrafo: ahí están las primeras ficciones de Georges Méliés basadas en los relatos de Julio Verne, o las numerosas películas de orígenes y directores diversos que se inspiraron en temas bíblicos. Hasta nuestros días, está relación se ha convertido, especialmente en Hollywood, en un fuerte eslabón que asocia las poderosas industrias editorial y cinematográfica, al punto de que ciertos escritores han consolidado su prestigio a través del cine y cada una de sus obras es obligadamente adaptada, como Stephen King, Michael Crichton o Tom Clancy.
En esta inercia, han florecido varias formas de concubinato entre películas-novelas y guionistas-escritores, incluso el caso de autores que sin haber conocido el cine se han vuelto frecuentes argumentistas fílmicos, como William Shakespeare o Edgar Allan Poe, o bien los escritores y géneros literarios que se deben a la expresión cinematográfica, como ocurre con ciertos narradores del género policiaco o varios de los autores contemporáneos que han desarrollado estilos híbridos. Como sea, para atizar la controversia o para clarificar este tema, he aquí una selección en orden cronológico, incluyendo un conjunto de filmes mexicanos. Son recomendaciones que vale la pena buscar en estas vacaciones navideñas.
Top de las mejores adaptaciones
El Halcón Maltés (The Maltese Falcon, 1941).
Director: John Huston. Guión y adaptación: John Huston sobre la novela de Dashiell Hammett. Reparto: Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre, Sydney Greenstreet.
Este largometraje marcó el debut de John Huston, uno de los directores más brillantes de su época y de los más talentosos en el reto de adaptar al cine la obra de escritores importante, como Bruno Traven, Herman Melville, Rudyard Kipling, Malcolm Lowry o James Joyce. El Halcón Maltés es un referente obligado del cine negro, plenamente conectada con la novela hard-boiled de Dashiel Hammett y su ambiente de decadencia y de ambigüedad moral.
Psicosis (Psycho, 1960)
Director: Alfred Hitchcock. Guión y adaptación: Alfred Hitchcock, Joseph Stefano sobre la novela de Robert Bloch. Reparto: Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles.
Después de ver esta cinta no se vuelve a ver igual a los moteles de carretera y mucho menos las duchas de sus habitaciones. La película y la novela son prácticamente idénticas, sin diferencias significativas, como lo es también la versión que dirigió Gus van Sant en 1998. Sin ser una gran novela, Hitchcock convirtió su argumento de inconfundible sabor pulp en una de sus obras maestras, porque prepara con la dosis adecuada un coctel de terror y thriller policiaco, adornado con la presencia macabra de una figura criminal extraordinaria: el torcido Norman Bates/Anthony Hopkins.
Breakfast at Tiffany’s (1961).
Director: Blake Edwards. Guión y adaptación: George Axelrod basado en la novela de Truman Capote. Reparto: Audrey Hepburn, George Peppard, Mickey Rooney.
Truman Capote fue un escritor del sur de Estados Unidos y amigo cercano de Harper Lee, la autora de Matar a un ruiseñor, novela que dio origen a una película que se reseña en esta misma lista. Capote no sólo poseía una narrativa fluida y sólida dotada de gran sensibilidad, sino que también él mismo fue una celebridad que llevó una vida fascinante. Su novela Diamantes para el desayuno fue bien adaptada por el director Blake Edwards, quien se sirve de la dulce presencia de Audrey Hepburn para lograr el sabor melancólico del relato sobre una joven mujer y la vida solitaria en la gran ciudad.
Lolita (1962).
Director: Stanley Kubrick. Guión y adaptación: Vladimir Nabokov basado en su propia novela. Reparto: James Mason, Shelley Winters, Sue Lyon, Peter Sellers.
Sólo algunos escritores pueden jactarse de haber establecido un concepto universal, como Nabokov y su Lolita, palabra de inconfundible carga erótica que ha nutrido profusamente la cultura popular contemporánea. Tras la publicación de esta obra, en 1945, Nabokov debió enfrentar la polémica que desató su relato acerca de un hombre maduro obsesionado por una sensual adolescente. En la adaptación de Stanley Kubrick se desliza un tono cruel y cínico que contrasta con la buena versión del director Adrian Lyne de 1997, cifrada en lo trágico.
Doctor Zhivago (1965)
Director: David Lean. Guión y adaptación: Robert Bolt sobre la novela de Boris Pasternak. Reparto: Omar Sharif, Julie Christie, Geraldine Chaplin, Rod Steiger.
Sobre la novela del ruso Pasternak, premio Nobel de 1958, es una de las cintas que más se recuerdan de Lean, junto a El Puente sobre el Río Kwai y Lawrence de Arabia. Con injusticia, algunos la juzgaron con dureza por sus presuntos ribetes sentimentaloide y antisoviético, si bien es un relato sobre las trampas que se tienden contra el amor, así como una reflexión sobre los asedios morales de la sociedad al individuo, otra de las inquietudes más constantes del escritor. La maestría con la que el director inglés Lean maneja la espectacular puesta en escena de este relato, es uno de sus mayores atributos.
2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968)
Director: Stanley Kubrick. Guión y adaptación: Stanley Kubrick, Arthur C. Clarke, basado en su propio relato El Centinela. Reparto: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Dr. Heywood R. Floyd.
Nos hallamos ante un caso insólito: cuento = película + novela, pues esta cinta, a diferencia de la creencia generalizada, está basada en un cuento de Arthur C. Clarke, “El Centinela”, publicado en su libro Expedición a la Tierra de 1953, que a su vez sirvió de base a su novela 2001: Odisea del espacio, gestada de forma paralela a la película de Kubrick. Como sea, el resultado es uno de los grandes clásicos del género de ciencia-ficción, una enigmática narración acerca del origen y destino de la inteligencia humana.
El Padrino
(The Godfather, 1972). Director: Francis Ford Coppola. Guión y adaptación: Francis Ford Coppola y Mario Puzo, basada en su propia novela. Reparto: Marlon Brando, Al Pacino, Robert Duvall, Diane Keaton.
El Padrino y su continuación El Padrino II aparecen por norma en las listas de las mejores adaptaciones de la historia. La saga de la familia Corleone está basada en la novela de Mario Puzo. Este es de los casos en que la fama y la grandeza de la película ha superado por amplio margen a su fuente literaria, en buena medida por la depurada narrativa del director Francis Ford Coppola y su habilidad como guionista y adaptador, sin duda uno de los mejores de su generación.
Solaris (Solyaris, 1972)
Director: Andrei Tarkovsky. Guión y adaptación: Andrei Tarkovsky y Fridrikh Gorenshtein, sobre la novela de Stanislaw Lem. Reparto: Natalya Bondarchuk, Donatas Banionis, Jüri Järvet.
Solaris es la novela más famosa de Stanislaw Lem, maestro polaco de la ciencia-ficción, que fue adaptada al cine por Andreï Tarkovski en 1972 y vuelta a adaptar en 2002 por el tándem Soderbergh-Cameron. En su momento, se solía decir que se trataba de la respuesta soviética a 2001: Odisea del espacio, de Kubrick. En realidad, es una película que plantea interrogantes filosóficas que contienen todos los filmes de Tarkovski y que pone en escena el conflicto entre lo espiritual y lo material, la naturaleza y el hombre, la civilización y el individuo, abordando cuestiones tan esenciales como el poder de la memoria, el sentido del arte y la enajenación de la vida moderna.
Apocalipsis Ahora (Apocalypse Now, 1979).
Director: Francis Ford Coppola. Guión y adaptación: Francis Ford Coppola y John Milius basados en la novela El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad. Reparto: Martin Sheen, Marlon Brando, Robert Duvall.
Una novela soberbia y una película impactante. Coppola logró en esta cinta una adaptación audaz de la novela de Joseph Conrad, cambiando el ambiente de finales del siglo XIX del Río Congo, que propone el texto original por la geografía de Vietnam durante la guerra en la que tomó parte el ejército estadounidense. Novela y película, dos obras maestras con vida propia.
Blade Runner (1982).
Director: Ridley Scott. Guión y adaptación: Hampton Fancher y David Webb Peoples, sobre la novela de Philip K. Dick, Do Androids Dream of Electric Sheep?. Reparto: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Edward James Olmos.
Este relato de ciencia-ficción significa un antes y un después en la historia del cine. Visual y narrativamente es una película extraordinaria, en la que se plantea un caótico mundo con una visión muy bien definida de cara al futuro, en medio de un ambiente sombrío y unos personajes con diferentes matices y motivaciones existenciales.
Cuenta conmigo (Stand by me, 1986)
Director: Rob Reiner. Guión y adaptación: Bruce A. Evans y Raynold Gideon sobre la novela The Body, de Stephen King. Reparto: Wil Wheaton, River Phoenix, Corey Feldman, Jerry O’Connell, Kiefer Sutherland.
El escritor Stephen King es una especie de rocanrolero literario, de pinta extravagante pero de sencillez popular, cuya fama se debe sobre todo a sus relatos de terror paranormal. Pero Cuenta conmigo es una de sus narraciones que salen de ese estigma. El gran director Rob Reiner supo interpretar con sensibilidad el rastro autobiográfico e intimista de este argumento y logró establecer con el auditorio una sensación de identidad con los cuatro niños de la historia que descubren un cadáver, pero que ante todo se descubren a sí mismos.
El Nombre de la Rosa (Der Name der Rose, 1986)
Director: Jean-Jacques Annaud. Guión y adaptación: Andrew Birkin, Gérard Brach, Howard Franklin, Alain Godard sobre la novela de Umberto Eco. Reparto: Sean Connery, Christian Slater, Helmut Qualtinger, Michael Lonsdale, Ron Perlman.
El grueso volumen de la novela puede intimidar a muchos lectores, pues no deja dudas de que se trata de una obra compleja, más aún si se conoce la trayectoria de su autor, el académico Umberto Eco. Pero su larga extensión queda más que compensada con su interesantísima y emocionante trama. Se trata de una combinación de la crónica medieval y la novela policiaca con una reconstrucción sorprendente de la época, que el director Jean-Jacques Annaud, tomándose las licencias de su oficio, respeta en su espíritu con maestría para darle identidad propia a su película.
La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988)
Director: Martin Scorsese. Guión y adaptación: Paul Schrader, sobre la novela de Nikos Kazantzakis. Reparto: Willem Dafoe, Harvey Keitel, Paul Greco.
Ninguna otra película en las últimas décadas ha irritado a tantos cristianos como este espléndido relato que tiene a Jesús como protagonista, mostrado como un ser humano tan imperfecto como cualquiera, acosado por dudas y temores. Esta película de Scorsese se basa en la novela de Kazantzaki, sobre la hipótesis de un Cristo humanizado, cuyo drama es retratado por la asombrosa imaginería visual del director neoyorkino, ayudado por un Jesús anticonvencional (Mr. Defoe), un Judas sensacional (Mr. Keitel) y hasta un Poncio Pilatos fuera de serie (David Bowie). ¿Es posible pedir más? Sí: una alucinante banda musical de Peter Gabriel.
La vida en el abismo (Trainspotting, 1996)
Director: Danny Boyle. Guión y adaptación: John Hodge sobre la novela de Irvine Welsh. Reparto: Ewan McGregor, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller, Kevin McKidd, Robert Carlyle.
La historia de Renton y sus heroinómanos cuates —Spud, Sick Boy, Tommy, Begbie— se convirtió en un referente forzoso del cine de los noventas, que se asomaba al decadente mundo de los jóvenes europeos con humor ácido y gran crueldad. El escritor Irvine Welsh publicó su novela en 1993 y fue casi detectada de inmediato su relevancia generacional. La adaptación de Danny Boyle es simplemente soberbia, respaldado por un excelente grupo de actores que encabeza Ewan McGregor.
El Club de la Pelea (Fight Club, 1999).
Director: David Fincher. Guión y adaptación: Jim Uhls sobre la novela de Chuck Palahniuk. Reparto: Edward Norton, Brad Pitt, Helena Bonham Carter, Meat Loaf.
El escritor Chuck Palahniuk alcanzó estatus de autor de culto a partir de su novela El Club de la Pelea que fue llevada al cine por David Fincher. Palahniuk se ha vuelto una referencia obligada en los circuitos de ávido lectores, y la película que protagonizan Edward Norton y Brad Pitt fijó un parámetro del cine contemporáneo, con su trama hiperrealista, de gran violencia y poblada de personajes exóticos. Una de esas cintas que revolucionan la cinematografía mundial de vez en cuando.
Las mejores adaptaciones mexicanas
Él (1953)
Esta es una de las mejores cintas de Luis Buñuel y eso es suficiente para describir su relevancia, cimentada en una astuta adaptación de la novela de Mercedes Pinto, quien narra la historia de un hombre paranoico que cela hasta el delirio a su bella esposa. El malicioso humor de Buñuel es uno de los elementos más llamativos de la cinta.
Los albañiles (1976)
Jorge Fons dirige esta película basada en la novela de Vicente Leñero, en la que se describe el mundo marginados de los obreros de la construcción en México, en un entorno de corrupción y miseria. Bien dirigida y actuada.
Cadena perpetua (1979)
Sobre la novela de Luis Spota, el director Arturo Ripstein logró una de sus películas más redondas, acerca de un delincuente que busca regenerarse en vano, en la que se recrea una atmósfera opresiva y trágica que describen la putrefacción de todo el sistema del México moderno.
El callejón de los milagros (1995)
Basada en la novela del egipcio Naguib Mahfouz, esta truculenta historia dirigida por Jorge Fons fue hábilmente adaptada por Vicente Leñero en un guión con estructura cuadrangular que le confiere un dinámico ritmo cinematográfico a la cinta.
Dos crímenes (1995)
La literatura del escritor Jorge Ibargüengoitia ha sido apropiada por el cine mexicano gracias a su lenguaje claro, su narrativa directa, su estilo que combina humor y dramatismo. Esta adaptación hecha por el director Roberto Sneider explota con acierto esas cualidades y construye una cinta muy entretenida y bien filmada.