Para aquellos tiempos, Guillermo González Camarena era, sin lugar a dudas, el equivalente a Bill Gates o Steve Jobs. Niño prodigio, inquisitivo, uno de los cerebros técnicos más desarrollados que ha producido este país, innovador sin barreras… un inventor extraordinario que, además, combinó su gran capacidad con un inusual cariño por su país, de ahí que sus esfuerzos caminaran paralelos entre inventar cosas nuevas y fabricarlas en este país con técnicos mexicanos.
De González Camarena se sabe lo tradicional: que inventó la televisión a colores. Sin embargo, hay en su vida una enorme cantidad de facetas adicionales que propiciaron, entre otras cosas, que en Estados Unidos se le otorgara, en 1954, el primer Doctorado Honoris Causa en Ciencias, en más de 70 años.
Guillermo fue un científico empírico, primero en el campo de la radio y, más tarde, en la televisión. Desde los siete años trabajaba con bulbos y a los quince construyó su primer transmisor. Estudiaba en las mañanas, trabajaba en las tardes en la estación de radio y en las noches se metía en el sótano de su casa (como Jobs y Gates). Con muy limitados recursos y componentes adquiridos en los mercados de viejo de La Lagunilla, fue desarrollando tecnologías innovadoras que le permitieron construir su primera televisión a los 22 años. Era un hombre atípico en el ramo industrial, más concentrado en el desarrollo tecnológico que en la riqueza que generarían sus productos, tanto así que tuvo que recurrir a préstamos para poder patentar su invento en Estados Unidos, cuya mayor prioridad era lograr un sistema de color que permitiera reducir los costos de fabricación para que fuera accesible en países con pocos recursos; un “mexicanista” que aspiraba dar a su invento el máximo uso posible en la educación rural a través de un concepto que, apoyado por Agustín Yáñez, haría realidad más tarde las telesecundarias.
Los inicios
Durante los años posteriores a la Gran Depresión (los años treinta) varios países trabajaban por dar más a la televisión e implementar un sistema para transmitir señales a color. Fue González Camarena quien, con el Sistema Tricromático Secuencial (nombre técnico del invento) permitió alcanzar este objetivo y la duplicación a gran escala de los aparatos de televisión. Por supuesto que muchas cosas han cambiado desde entonces pero, basado en la combinación de tres colores (rojo, verde y azul), el sistema ideado por este jalisciense excepcional es, hasta la fecha, el principio del funcionamiento de la televisión a colores. ¡Quién diría que gracias a él llegamos a ser exportadores de televisiones, y no como maquiladores sino aplicando tecnología propia! Algunas de las universidades más famosas en Estados Unidos adquirieron para su uso educativo sistemas producidos por el Laboratorio Gon-Cam. Incluso realizó, en 1948, la primera transmisión en circuito cerrado de una cirugía, lo que mostró el increíble potencial educativo de la televisión.
Los avances tecnológicos que permitían la reducción del tamaño y peso de sus equipos de televisión hicieron que la NASA usara, para los primeros viajes de acercamiento a Júpiter, los sistemas de González Camarena por encima de los propios que eran imprácticos y poco confiables.
Años más tarde, el mismo González Camarena desarrolló una mejora a su invento –el Sistema Bicolor Simplificado– para reducir aún más los costos de la tecnología. Junto con éste, Guillermo obtuvo una innumerable cantidad de patentes internacionales para sus desarrollos. No es casual que sea el prototipo del gran inventor nacional.
XHGC
La televisora de González Camarena, el canal 5, cuya frecuencia fue y sigue siendo XHGC (por González Camarena), salió al aire el 10 de mayo de 1952, en homenaje a su madre, fallecida hacía unos meses, con todo el equipo diseñado y producido en México, a diferencia de sus competidores del momento (el canal 2 compró equipo RCA y el 4 usaba Thompson). En el canal 5 aparecerían importantes programas entre los que destacaba la barra infantil y el conocido Club Quintito, de Genaro Moreno. Años más tarde, estas tres señales se integrarían en Telesistema Mexicano por razones de índole comercial, pero González Camarena siguió siendo director general del canal hasta su desafortunada muerte el 18 de abril de 1965, a los 48 años de edad, en un lamentable accidente carretero al regreso de Veracruz.
México en la piel
Conocer la vida de este tapatío es una experiencia recomendable. Hermano del gran pintor Jorge González Camarena, quien en muchas ocasiones fungió como su apoyo y confidente, a falta del padre que había muerto cuando Guillermo era un niño. Tuvo dos hijos de los cuales uno, también Guillermo, dirige la Fundación que lleva su nombre y que busca apoyar el talento y la creatividad de los jóvenes inventores. Al conocer su biografía, descubrimos sus grandes cualidades como músico y compositor, sus investigaciones en hipnotismo y, en especial, su preocupación por hacer de la televisión un medio orientado a la educación, en especial la infantil, por rescatar valores y riquezas mexicanas.
González Camarena se “distraía” los fines de semana organizando grupos para ir a recolectar ajolotes y trasladarlos a ríos donde su población había mermado, debido a su apertura para recibir a jóvenes radioaficionados que llegaban a su taller con la intención de aprender y aportar en el desarrollo de esta moderna tecnología, fue un hombre que buscó siempre usar sus inventos como una semilla para generar empleos y creatividad en México.
¿Qué más habría podido inventar de no haber sucedido esa desgracia que lo mató tan joven en la carretera a Veracruz? Porque es un hecho que los sistemas de comunicación mundiales tienen un antes y un después de González Camarena y que, como pocos, sus aportaciones hicieron que viéramos el mundo de otro color.