Con colaboración de Arantxa Sánchez
La India María está de regreso. Después de 15 años, el director de cine Iván Lipkies está consiente de que el origen del personaje está en los teatros de revistas, una figura proveniente de la literatura picaresca que ridiculiza al rico, enreda las cosas y finalmente triunfa de una manera surrealista. Precisamente eso, es lo que trata de hacer con su más reciente película: La hija de Moctezuma, que se estrenó este jueves 9 de octubre.
La hija de Moctezuma narra la última aventura de la India María, quien debe encontrar, en lo recóndito de una montaña, el Mágico Espejo Negro de Tezcatlipoca, pues el espíritu de su bisabuelo Moctezuma Xocoyotzin así lo ha ordenado para evitar la destrucción de México. Sin embargo, en su camino se interpondrán algunos jocosos personajes y unos exóticos villanos.
La película cuenta en su reparto con Eduardo Manzano, Rafael Inclán, Raquel Garza, Irma Dorantes, bajo la dirección de Iván Lipkies y la producción de Ivette Lipkies, hijos de María Elena Velasco, los tres por cierto coguionistas junto con Raúl Figueroa. Es producida por la compañía independiente Vlady Realizadores.
Velasco desarrolló el personaje de la India María en diversas películas muy exitosas en taquilla durante los años sesentas y setentas. La India María (María Nicolasa Cruz) es una mujer indígena que se enreda en problemas de los cuales siempre sale bien librada, después de muchos absurdos y peripecias. Algunas de sus películas más conocidas son Tonta Tonta pero No Tanto (1972), El Miedo no anda en Burro (1973), Sor María la Presidenta municipal (1975), El que no Corre… Vuela (1982), El Coyote Emplumado (1983), Ni Chana, ni Juana (1984) y Las Delicias del Poder (1999).
Corre Cámara: ¿Cuánto tiempo tomó el proyecto?
Iván Lipkies: La idea empezó por el año 2007-2008, se vio como la oportunidad de hacer una nueva película con el personaje. La anterior, Las delicias del poder, fue hace 15 años y generó mucho éxito porque curiosamente le tocó una época parteaguas en la distribución en México. Su distribución, al principio, fue a la antigua (pocas copias en pocas cines) pero en la primera semana terminó en 120.
Después del éxito nacional con Las delicias del poder hubo un espacio: nos tardamos por no encontrar buenas historias, por el deseo de no repetir y caer en lo mismo que se hacía en los años setenta. Al final nos dimos cuenta que sería difícil porque la India María es un personaje muy identificado con la gente y, el éxito que ha tenido en algún sector de la población, es porque se presta para la experiencia de un cine ‘familiar’: algo generacional que va de persona en persona y que genera arraigo. Confío sea eso lo que regrese a la gente al cine. Como director, quiero que La hija de Moctezuma funcione y que pase algo similar como con Las delicias del poder: que vayan y se disfrute en familia.
CC: ¿Y qué es lo que cambió en La hija de Moctezuma? ¿Cómo se transformó el personaje para esta comedia?
IL: En Las delicias del poder el personaje hacía una critica política porque había una necesidad: el país y la imagen del indígena había cambiado. Quizá no fue como las últimas películas de [Luis] Estrada, pero se deslizaban cosas… Ahora, con La hija de Moctezuma no estamos en una farsa política porque nos movimos al género de aventuras que también es una reacción a lo que está sucediendo; al final, creo que nuestro objetivo es hacer reír al público con una película palomera porque no nos podemos repetir: la política va cambiando a pasos gigantescos
CC: ¿Y estas aventuras son una reacción a la realidad actual?
IL: Sí, de escapismo, la gente lo necesita. Cuando se hizo la carpeta para presentar el proyecto abríamos con una frase: este país necesita reír. Es un género que siempre ha tenido éxito. Nosotros no somos una gran compañía, la película fue hecha más artesanalmente pero lo hicimos porque nos gusta.
CC: Para ser consecuente con el personaje, tenía que ser una película de aventuras…
IL: Casi todos los comediantes del país, en sus primeras películas, juegan con elementos fantásticos y mágicos, justificados, claro… y como la India María es un personaje netamente social, algo que te encuentras en las banquetas del Distrito Federal, y por muchos años no se pensó en esos términos (de fantasía) porque lo que le sucedía en la vida cotidiana era de no creerse. Nosotros nos basamos en los reportes de taquilla: ¿Qué es lo que prefiere ver la gente? Pues las películas de fantasía, y tenemos que ser consientes porque siempre se tiene que hacer algo redituable.
CC: ¿Qué tan complicado fue para María Elena Velasco volver a los escenarios?
IL: María Elena (Velasco) tiene una mística de trabajo muy especial, ella es el motor de esta película porque pertenece a esta generación de personas que si no trabajan, se marchitan. No es que no quisiera trabajar, simplemente no le gustaban las cosas que se le proponían.
Al inicio, ella no participó en la escritura; esperamos su reacción (sobre todo por las cosas fantásticas), cuando leyó el guion no estaba al 100% convencida pero modificó el personaje para hacerlo a su manera, y en ese sentido, la película está hecha con el espíritu del género, algo surrealista con toda la libertad de hacer cosas.
CC: La gran dificultad del género es el timing, la gente se ríe o no.
IL: Ella se conoce muy bien, conoce el personaje y tiene ciertas condiciones para desarrollarse y actuar; en esta película tratamos de pasar por varios géneros, es un homenaje no intencional, es inevitable cuando haces una comedia de este tipo no caer en cosas que ya se han visto, el cine es derivativo, siempre te llegan influencias y se van cosas.
CC: Háblanos de los efectos especiales, que tienen cierto peso en esta trama
IL: Al ser una comedia de aventura con elementos mágicos, como creador no te puedes negar a lo que hay alrededor, no se pueden cerrar los ojos ante lo que tenemos frente a nosotros, todos esos avances tecnológicos, los videojuegos… porque la gente está acostumbrada a ver efectos especiales y se le tiene que dar eso. El proceso en “La hija de Moctezuma” fue una aventura difícil pero feliz. Son efectos sencillos pero tienen peso y significado en la película.
CC: ¿Y cómo fue el ensamble de actores?
IL: Uno de los propósitos al comenzar el proyecto fue hacer algo entretenido y divertido. Que la culpen de palomera y escapista: nuestro elenco es absolutamente de comedia con Rafael Inclán, Raquel Garza y Eduardo Manzano.
CC: ¿Cómo invitarías a la gente a ver La hija de Moctezuma?
IL: Sólo puedo decirles que experimenten, que superen los prejuicios. El personaje vale porque es parte importante del cine mexicano, del que nos tocó tener. Se hizo pensando en muchas cosas porque es una película más cuidada, más efectiva para el gran público y para que se disfrute en familia.