La fotografía de Héctor García es un reflejo del México del siglo XX. Gran parte de su obra está compuesta por retratos de artistas plásticos, figuras de la Época de Oro del cine mexicano y personajes de la vida cultural de los cincuenta y sesenta. También fue testigo de paisajes urbanos como Tepito y La Merced, del crecimiento de la ciudad, de la vida cotidiana y de los grandes movimientos de la segunda mitad del siglo: el ferrocarrilero, el petrolero, el de los maestros y, por supuesto, los movimientos estudiantiles.
Nacido en la Ciudad de México, en 1923, García fue acreedor de diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Periodismo (1958, 1968 y 1979), el Premio al mejor filme etnográfico en el Festival Popoli en Florencia, Italia (1072), el Premio Nacional de Ciencias y Artes (2002), el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez (2007) y el Premio al Mérito Cultural de la Ciudad de México Carlos Monsiváis (2011), entre muchos otros.
Con su muerte, el 2 de junio de 2012, México perdió a uno de sus más grandes fotoperiodistas y la lente que dejó registro del país por casi un siglo.
“Las fotos de Héctor no son chiripadas ni juegos de azar, sino el resultado de muchos años de calle, muchas jornadas con la cámara al hombro, muchas horas en el cuarto oscuro con la ayuda de María, su leal compañera, muchos momentos de tensión, muchas corretizas, muchas persecuciones, una vida entera con el ojo atento, el corazón y el cerebro enfocados en una dirección, el camino por el que ascienden los mexicanos más olvidados, los más humillados, los más inventivos también, el llamado lumpen de las piqueras y las taquerías, el de la Plaza Garibaldi y el de La Merced, el de los circos de barrio y el de las grandes manifestaciones, el de los que se ganan la vida a trompa talega y gritan en el Zócalo: ¡Viva México, hijos de la garnacha!”.
– Elena Poniatowska
© Fotos: Cortesía Archivo Fotográfico María y Héctor García