Oye cómo va, su ritmo. Bueno pa’ gozar, mulata. Pocos son los que pueden trascender los géneros y reinventar una y otra vez la escena del arte. Es lo que ha hecho en la música Carlos Santana durante los últimos cuarenta años. Podría decirse que han sido cuatro décadas de rock, pero más bien, son acordes mágicos tocados más allá del tiempo por una guitarra única que ha encantado a millones con una mezcla sin igual de sonidos, ritmos y espíritus. En más de una treintena de discos ha integrado diversos elementos de rock, jazz, blues, funk, disco, samba, mariachi, así como los ritmos afrocubanos y latinos, lo que ha dado lugar a una fusión musical que forma una propuesta armónica y melódica sin comparación.
El 20 de julio de 1945, Autlán de Navarro, Jalisco, vio nacer a su hijo pródigo con un violín bajo el brazo, como el que tocaba su padre, el mariachi José Santana. Pero a los ocho años conoció a su verdadero amor, del cual ya no se separaría nunca: la guitarra. Además se mudó a Tijuana donde comenzó su carrera profesional en bandas como TJ’s y Tijuana Tira.
“Espero que mis palabras le den inspiración a la gente. Espero que no crean que soy arrogante. No soy terco, pero soy consistente. Yo quiero lo mismo para ti y tu familia que me ha dado Dios a mí. Muchas bendiciones, protección y mucha armonía y felicidad”.
Carlos Santana, Entrevista para la BBC
A los quince emigró a San Francisco donde se impregnó de nuevas influencias, aprendió de grandes guitarristas como B.B. King, John Lee Hooker y T. Bone Walker y donde formó, en 1966, la Santana Blues Band, que pronto tomaría su nombre definitivo: Santana. El 16 de agosto de 1969 es una fecha memorable para él y su banda: siete canciones de su primer y homónimo disco, (Waiting, You Just Don’t Care, Savior, Jingo, Persuasion, Soul Sacrifice y Fried Neckbones) asaltaron los aires de Bethel, Nueva York y sedujeron a los más de 600,000 asistentes al festival de música más famoso de todos los tiempos, Woodstock.
A partir de entonces, Carlos Santana se ha consolidado como el mejor guitarrista que ha dado nuestro país. Canciones como Samba pa ti, Smooth, Europa, Put your lights on, Moonflower, María María y Oye cómo va, entre muchas otras, se han erigido como himnos contemporáneos y cosmopolitas para los corazones de personas de cuatro generaciones distintas. Además ha tocado y grabado al lado de grandes personalidades como Ottmar Liebert, Eric Clapton, Kirk Hammet, Steven Tyler, Willie Nelson y muchos más.
Santana, quien en la década de los setenta tomó del líder Sri Chinmoy el nombre espiritual Devadip, es un hombre iluminado como artista y como persona. Lo ha ganado todo: es miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll; ha recibido diez premios Grammy y tres Grammy Latinos; fue nombrado en 2004 “Persona del año” por la Latin Recording Academy; y muchos de sus sencillos han permanecido por largos periodos en lo más alto de las listas de popularidad. Sin embargo, es un hombre carismático, humilde y sencillo. Un activista social que no se queda callado cuando es importante elevar la voz, y que al lado de su esposa Deborah, estableció en 1998 la Fundación Milagro para apoyar a niños y jóvenes en áreas de salud, artes y educación. Recientemente se unió a la lucha contra el SIDA en Sudáfrica a través de ANSA (Artists for New South Africa).
¡Gracias Carlos Santana! Por poner tan alto el nombre de México. Porque eres fuente de inspiración. Porque has hecho de éste un mejor mundo del que encontraste cuando llegaste. Pero sobre todo, gracias por la música que nos has regalado y que nos desborda las más sublimes sensaciones.